Tras dejar a Penn State en el pasado, la acomodadora boricua Wilmarie Rivera está demostrando que lo único que necesitaba era una oportunidad para jugar.

La Universidad de Louisville se la dio y ahora le sirve a la carolinense como plataforma.

“Estoy súpercontenta con mi decisión. No me arrepiento de nada. Todo fue un proceso de aprendizaje. Estoy feliz con la decisión y con el equipo que tengo ahora. Me alegra mucho que estemos jugando bien. Tenemos que seguir trabajando duro para lograr las metas”, dijo Rivera a Primera Hora.

Rivera estuvo saliendo del banco por las pasadas dos temporadas de la NCAA con el sexteto de la Universidad de Penn State, lo que levantó críticas por su decisión de ir a jugar a tan prestigioso programa. Este año se transfirió a Louisville y no solamente es la acomodadora titular, sino que está impactando ese programa.

Su dirigente, Dani Busboom Kelly, coincidió que una manera de medir el impacto de Rivera en Louisville es el standing en la Conferencia ACC, en la que juegan las Cardinals, quienes entraron a la temporada como las octavas preclasificadas de la conferencia y hoy día son colíderes.

“Definitivamente. Eso dice mucho sobre lo que Wilma ha hecho para este equipo”, dijo sobre su capitana.

Louisville juega para 19-6 en la temporada, incluyendo 12-2 en la ACC. Aún así, las Cardinals no aparecen entre las mejores 25 clasificadas en el standing global de la NCAA.

Rivera, quien es la actual Jugadora de la Semana de la ACC, marcha como tercera en asistencias y segunda en aces dentro de la conferencia. La ofensiva de las Cardinals es la quinta mejor en la ACC, y marcha justo después de la de la Universidad de Miami, que dirige el boricua José ‘Keno’ Gándara.

Louisville también es recíproca con Rivera, cuya intención en la NCAA es, además de obtener un grado en Recursos Humanos, desarrollar su juego para eventualmente convertirse en una jugadora profesional y miembro de la Selección Nacional adulta.

Las Cardinals le están dando esa oportunidad a la boricua, quien fue acomodadora titular en las selecciones nacionales menores.

“Los dos años que estuve en Penn State aprendí mucho de ellos. No jugué mi posición. Fue un rol nuevo al que me tuve que acostumbrar. Como competidora uno siempre quiere jugar. Desde que llegue aquí, ellos me dieron la confianza de ser la acomodadora y capitana. Lo que tengo que hacer es seguir trabajando duro y seguir mejorando día a día”, dijo Rivera.