Sus inicios deportivos  fueron  en el  baloncesto. Para canalizar  su agresividad lo matricularon en  tae kwon do y  boxeo. Aún así, el atleta daba candela en el barrio y la escuela. 

Fue en el noveno grado de la Escuela Manuel Bou Gali de Corozal que Anthony Negrón, capitán de los tricampeones Pitirres de la Universidad del Este (UNE) en el voleibol de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI),  probó lo que hoy es su pasión.

“Era un peleón”, dijo entre risas. “Llegó el nivel que mi papá me dijo ‘métete a boxeo, porque creo que te gusta mucho la pelea’. Ya en noveno grado hice voleibol. Conseguí beca en el Colegio  Sagrada Familia, pero duré una semana por haber visitado tres veces la oficina por pelear”.

Su mamá, María Adorno, optó por devolverlo a la escuela pública complaciendo al pedido de su hijo. Esta vez, estuvo en la Emilio R. Delgado donde fue fichado por uno de los mejores jugadores del voleibol de la historia del país y ahora director atlético de la UNE, Julio Figueroa. 

“Yo quería irme para las Fuerzas Armadas, el Army. Pero, mi papá enfermó de cáncer del pulmón y opté por quedarme estudiando”, narró el central de los Mets de Guaynabo en la Liga de Voleibol Superior Masculina. 

En su primer año en la UNE, Anthony tuvo que enfrentar una gran pérdida. Su progenitor, don Graciano “Toño” Negrón perdió la batalla con el cáncer del pulmón.  

“Fue algo que en el principio fue muy difícil. Fue algo que me hizo cambiar. Cambiar el pensamiento. Cambiar como yo era antes. Eso fue algo muy grande para mí, porque cada paso que doy,  cada suspiro, cada juego, cada campeonato, cada vez que me dicen que me faltan pocos créditos, lo hago por él. Es mi guía. Es mi motivación. Es mi ángel”, contó orgulloso.

Usando de pie forzado  “Todo lo pudo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13), Anthony ora a Dios todas las noches para que lo siga encaminando en sus metas. 

En diciembre próximo culminará la primera etapa de estudios en Justicia Criminal para  “ser abogado o fiscal y así poder ayudar a los necesitados. Esos niños que sufren de violación, por ejemplo, que leo los casos y me da rabia por no tener alguien que los defienda. Por ellos es que quiero servir y hacer justicia”. 

Su carrera deportiva en la LAI finalizará este semestre cuando espera revalidar el campeonato de Yunieski Ramírez y José Veléz en el voleibol de playa. Su declaración podrá darse de la mano de sus compañeros Arnel Cabrera y Jedisán Agosto en la final del Festival Deportivo de la LAI del 14 al 20 de abril en Ponce.