Bibiana Candelas está dando otra batalla y pidió buenas vibras para salir adelante.

La voleibolista mexicana que terminó escuela superior en el colegio Ponceño y que jugó con las Leonas de Ponce y las Changas de Naranjito en la Liga de Voleibol Superior de Puerto Rico está en aislamiento luego de someterse a un transplante de médula osea para superar una segunda etapa de vida en la que padece de cáncer.

“Gracias a Dios, los médicos y mi equipo estamos en el proceso de recuperación. Esperemos que el resultado final sea favorable y mientras tanto vamos punto a punto, sin dejar el aislamiento y medicamentos. Sus buenas vibras se sienten”, escribió Candelas recientemente en su cuenta de Twitter.

Parte de esa vibras provienen de Puerto Rico, que la hizo parte de su familia durante la década del 2000, particularmente en la casa del ahora retirado senador Larry Seilhammer y de su hija voleibolista Debora.

En Ponce, ‘Bibi’, como le conocen a esta jugadora de 6’5 de estatura, jugó para el Colegio Ponceño en el 2002, al mismo tiempo que con las Leonas del Voleibol Superior.

Debora, quien jugó con Bibiana en el colegio y en Superior, se ha sentido inspirada y positiva por la forma en que Candelas han afrontado sus dos etapas.

“Es impresionante la manera positiva en que habla de su enfermedad. En ningún momento te habla en un contexto negativo, de rendirse. Hay veces que por no traer temas dolorosos, uno tiene miedo de hacer preguntas. Con ella no. Con ella te sientes cómoda porque ella no ve la adversidad en la situación”, dijo Seilhammer.

Bibiana fue una excelente jugadora de cancha. De aquí salió reclutada para la Universidad del Sur de California (USC), en donde quedó dos veces campeona de la NCAA en el 2003 y 2004, siendo esa última vez compañera de cuarto de Debora, quien fue reclutada por USC en el 2003.

Jugó en dos Mundiales (Alemania 2002 y Japón 2006) con la selección mexicana.

Hizo la transición al voleibol playero y alcanzó las Olimpiadas de Pekín 2008.

Naranjito es otro pueblo que le recuerda con cariños y que le envía buenas vibras a la atleta de 36 años.

Naranjito la homenajeó en el 2019, cuando le dedicó su temporada del Voleibol Superior. Candelas jugó con las Changas en el 2016 y 2017.

La gerente de las Changas, Tatiana Encarnación, jugó muchos años contra Candelas. También compartió cancha con ella en Naranjito. Su calidad deportiva es indiscutible, dijo Encarnación.

Pero la calidad humana de Candelas esta a otro nivel, dijo Encarnación, quien dijo que la mexicana pertenece al exclusivo grupo de personas especiales entre tanta gente que ha conocido.

Coincidiendo con Seilhamer en entrevistas a partes, Encarnación describió a Candelas como una persona genuina, interesada en ayudar a los demás y al colectivo, como lo demostró en la temporadas del 2016 y 2017. Añadió que el cáncer lo que ha hecho en Candelas es amplicar su personalidad.

“Una persona más merecedora que ella, para la dedicatoria de la temporada, no se pudo haber escogido", resumió Encarnación.