El Municipio de Cayey realizó este pasado fin de semana una ceremonia de exaltación al Salón de la Fama del Deporte de Cayey, y entre los deportistas reconocidos estuvieron el excentro del Equipo Nacional de Baloncesto, José ‘Piculín’  Ortiz y el destacado entrenador de voleibol, Luis ‘Papo’ García.

Los méritos de Piculín, también miembro del Salón de la Fama de la FIBA, todo el mundo los conoce. Los de García, aunque bastos, los conocen muy pocos.

Se trata del  fundador del exitoso club Criollitas de voleibol, quien aunque es  natural la barriada Morales de Caguas, hace 20 años es residente de Cayey.

García, quien fue exaltado en el Salón de la Fama de Caguas en el 2016, es merecedor de sus reconocimientos gracias a  su extensa obra en favor del voleibol y de Puerto Rico.

“No estoy pendiente a los méritos. Lo hago porque me gusta y me siento que lo que hago es lo correcto”, dijo García, de 62 años y 35 de esos en el voleibol.

Por sus direcciones en las Criollitas pasaron jugadoras desde Aurymar Rodríguez, quien abrió las puertas en la Universidad de Florida, a Vanessa Papaleo, Yanira Santiago y Jetzabel del Valle quienes marcaron una época en el voleibol criollo. Él es también gestor de las carreras de Stephanie Enright, Pilar Victoriá y Natalia Valentín, entre otras jugadoras que están activas en la Selección Nacional y que exportaron su talento a Estados Unidos y a Europa.

Entre medio figuran jugadoras como Cristina Dones, la acomodadora con quien las Criollas ganaron su primer título Superior, las gemelas Sandra y Wanda Galvez, así como Lilly Valentín, de la primera época dorada de las Criollas.

La lista sigue con jugadoras como la  exacomodadora nacional Doris Torresola, las hermanas Michelle y Jennifer Nogueras que también exportaron su talento a Europa, y las centrales nacionales Alexandra Oquendo y Diana Reyes, quien despunta en  la actual Selección Nacional.

García no ha hecho el cálculo de cuantas jugadoras de las Criollistas llegaron a jugar Superior. Pero cree que el conteo está alrededor de 50.

“Son muchas. Puede que se acerque a las 50 o pasen de 50”, dijo.

Al menos 17 de sus jugadoras han sido parte o son integrantes de la Selección Nacional, incluyendo a las corrientes Enright, Reyes, Victoriá y Valentín. Y siete de esas han vivido del voleibol, tanto aquí como en Europa.

Al reflexionar sobre su cantera de jugadoras, García cree que ha sido motivo del destino.

“Pienso que me tocaba esto, que estaba para esto, que cuando nací esto me estaba esperando en mi devenir histórico”, dijo.

Pero García también ha procurado que así sea al prepararse profesionalmente en las mejores escuelas de voleibol, como Estados Unidos y Cuba.

Dijo que gracias a los expresidentes federativos, el fenecido Luis ‘Lulo’ Mendoza y Carlos Beltrán, consiguió oportunidades de estudiar el juego y el entrenamiento en Estados Unidos en la época del 80 por el holandés Arie Zelinger, quien fue medallista olímpico de plata con Estados Unidos y Holanda.

Pero, sobretodo, García agregó que logró acceso a la escuela cubana de los 90 liderada por el fenecido Eugenio George, quien fue reconocido como entrenador del siglo XX por la Federación Internacional de Voleibol en parte por guiar a las ‘Morenas del Caribe’ a tres medallas de oro olímpicas corridas.

“Fui a Colorado Springs (sede de USA Volleyball) cuatro o cinco veces, pero, sobretodo, me beneficié de Cuba, que estaba en su mejor momento, y traje para acá el estilo cubano adaptado a Puerto Rico”, recordó.

De ahí sale su cantera de jugadoras, así como su exitosa carrera como dirigente de las selecciones Sub 20 nacionales lideradas por Saraí Álvarez, Enright y Yarimar Rosa, que llegaron octavas y novenas en los Mundial del 2005 y 2007, y sus títulos con las Criollas y premios de Dirigente del Año.

Y ahí seguirá hasta que se ‘desinfle el balón’.

“Ha sido mi misión histórica y lo seguirá siendo”, dijo.