La noticia de que la NCAA suspendió todas las actividades deportivas de este semestre en las universidades de Estados Unidos no fue bien recibida por los integrantes del equipo masculino de voleibol de Brigham Young University (BYU).

Los Cougars ocupaban el primer lugar en las clasificaciones de la NCAA con balance de 17-1 y estaban en posición para disputar el campeonato nacional a nivel colegial. Sin embargo, la determinación de cerrar todas las actividades deportivas como medida de precaución por el COVID-19 (coronavirus), dejó un sabor agridulce en el paladar del voleibolista puertorriqueño Gabriel “Gabi” García.

“Es desafortunado que suceda, pero era algo que estaba fuera de nuestro control. Pienso que se pudo haber manejado de otra manera. No soy alguien para sugerir qué tipo de decisión se pudo haber toda porque se hizo en beneficio de la salud de todos los deportistas”, compartió García con Primera Hora desde Provo, Utah.

El boricua sugirió como alternativas posponer el torneo para una futura fecha para que así las universidades tuvieran la oportunidad de disputar el campeonato.

“Todavía tengo un año de elegibilidad, pero se sufre por los ‘seniors’ que no pudieron terminar, especialmente los de mi equipo. Este año teníamos muchas esperanzas de que podíamos llegar lejos. Todavía se está procesando porque teníamos la esperanza de aguantar ese trofeo”, sostuvo.

Es desafortunado que suceda, pero era algo que estaba fuera de nuestro control. Pienso que se pudo haber manejado de otra manera

-Gabriel García / Voleibolista

En 18 partidos, García era el mejor en la División I en puntos por parcial con 5.46. De hecho, era un candidato para Jugador del Año.

“Si me dan un premio ahora, no sería igual. Hay cosas que se tienen que manejar como jugar contra Hawái (otra potencia en la temporada) otra vez. Obtener un premio sin terminar la temporada, sin ver el potencial de todos los equipos no es lo mismo. Para nosotros en BYU, los premios individuales no son importes. Nos importa el talento que hay en la cancha y los resultados se verán solos. Siempre quisimos más. Los coaches nos dijeron que no estamos ni a la mitad de donde podemos estar”, afirmó.

Aun así, García mira la situación generado por el coronavirus como una oportunidad para poner asuntos en orden.

“Siempre es una motivación para jugar, pero es difícil conseguirla con lo que está pasando ahora. Todavía se está procesando. No sabemos cómo nos sentimos si molestos, tristes y alegres. Con esto que está pasando hay que poner nuestras vidas en orden en la casa, con la familia y no estar tan concentrado en el deporte. Puedo estar más tranquilo en casa sin pensar en un juego”, dijo.

Por lo pronto, García continuará sus cursos en estadios latinoamericanos según las directrices de la universidad.

“Básicamente, BYU suspendió clases desde el jueves para poder adiestrar a los profesores para dar las clases ‘online’. No nos podemos reunir con los tutores porque sería demasiado el contacto personal. Nos dejan entrenar, pero no en los salones de clases”, concluyó.