Los que conocen a Eva Cruz se pueden imaginar muy bien cómo fue su reacción cuando la línea aérea Silver la llamó para notificarle para que la habían aceptado para ocupar un puesto de azafata desde su base en Puerto Rico. Sí, leyó bien. Como azafata, aeromoza, stewardess, o como conozca usted ese empleo de servicio que hacen más cómodos los vuelos aéreos.

Los que no conocen a la alta, fogosa, fuerte e igualmente sentimental exjugadora de voleibol boricua sepan de la propia boca de ella cómo fue su reacción al lograr lo que dijo fue un sueño realizado el obtener un puesto como aeromoza.

“Una amiga vio que Silver estaba buscando gente para todo tipo de trabajo, porque iban a operar desde Puerto Rico y yo la llamé y le pregunté: ¿Joana, esa posición no requiere peso, estatura? ¿Nada?“, contó la exjugadora de 6′2 de estatura. “Y llené la solicitud el 20 de enero. Me llamaron el 21 para una entrevista y el 22 hice la entrevista”.

La exatleta de 6'2 de estatura pensó que por su altura tendría problemas para hacer el trabajo, pero tuvo la suerte de tener la justa estatura máxima para poder desempeñarse en la faceta.
La exatleta de 6'2 de estatura pensó que por su altura tendría problemas para hacer el trabajo, pero tuvo la suerte de tener la justa estatura máxima para poder desempeñarse en la faceta. (Fernando Ribas Reyes)

La entrevista fue en el aeropuerto Luis Muñoz Marín en Carolina ante una empleada de recursos humanos de la compañía que la invitó de inmediato a llegar a Fort Lauderdale para continuar el proceso de reclutamiento. Cruz le cuestionó, como quien no quería que la hicieran hacer perder el tiempo.

“Luego de la entrevista, la encargada de Estados Unidos me preguntó: ’¿Puedes estar en Fort Lauderdale el 26 de enero?’ Y yo la miré y le pregunté: ‘¿Para otra entrevista? Porque si es para otra entrevista, mejor no’. Y me contestó que no, que era para el adiestramiento. Y ahí supe que me cogieron e hice como una miss universe y comencé a llorar y todo, bien show, porque mi sueño siempre fue ser azafata”.

¡Tan, tan!

Bueno, su sueño después de haber alcanzado todo tipo de sueño que tuvo como deportista, los que alcanzó jugando voleibol y baloncesto Superior en Puerto Rico e integrando las selecciones nacionales de ambos deportes durante partes de las décadas del 1990 y principios del 2000. También hizo carrera en el voleibol a nivel de clubes en Europa. Por dichos logros, que en su momento llegaron a ganarle la designación como la mejor jugadora de voleibol de Puerto Rico, le ganaron recientemente una selección para exaltación este mes en el Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño.

Su exaltación al recinto en el que algún día recibirá la compañía de su hermana Aury Cruz, será el domingo 29 de octubre. Ese día también serán exaltados al recinto figuras de renombre como Alex Cora y Luis “Torito” Meléndez del béisbol, Luis Rivera de la gimnasia, Eddie Casiano, María “Cuca” Cordovés y Bobby Ríos del baloncesto, Jesús “Chu” García del sector de la prensa deportiva y José Julián Álvarez como propulsor del deporte.

La nueva 'cancha' de trabajo de Eva Cruz es con la línea aérea Silver.
La nueva 'cancha' de trabajo de Eva Cruz es con la línea aérea Silver. (Fernando Ribas Reyes)

Aunque ya metida de lleno en su profesión como azafata y alejada de la competencia como atleta, Cruz no ha dejado del todo el deporte. actualmente se mantiene activa dando clínicas de voleibol en Guaynabo.

El resto de tiempo, por su parte, se le ve trabajando por los pasillos del aeropuerto y por el área de anclaje de avión. Como azafata lleva un pin de alas aéreas y su nueva cancha de servicio es el pasillo de los aviones, cuya altura es justa para sus 6′2 de estatura.

En su nueva empresa sigue teniendo un dirigente, que es el capitán de turno en la nave. Sus nuevos dirigentes le auguran los mismos éxitos que tuvo en la cancha.

“Ella es muy buena. Una aeromoza excelente. Siempre ha sido número 1 en su trabajo, igual que en el voleibol. Es muy seria en el trabajo, respetable, y es un orgullo tenerla como parte del grupo”, dijo el capitán William Rivera, quien agregó que es de Guaynabo y que disfrutó los éxitos de Cruz con las Mets de Guaynabo.

Además, Cruz tiene fanaticada en los aviones también porque dice que se encuentra con pasajeros que le preguntan: ‘¿Eres tu verdad?’ con una señal del dedo índice que apunta a que ella es esa voleibolista que vieron en las cancha, televisión y diarios.

Eva Cruz fue víctima del bullying como jugadora de la LVSF. (Archivo)
Durante gran parte de sus más de dos décadas como jugadora, Eva Cruz fue considerada la mejor jugadora de voleibol de Puerto Rico.

Otros pasajeros no pasan desapercibidos.

“En Tortola me monté con Raymond Arrieta. Bueno... en realidad él se montó conmigo. Estaba sentado en el asiento de al al lado. Le pedí una foto porque mi papás no se pierden su programa (Raymond y sus Amigos). Y me preguntó: ‘¿Y tú lo ves?’. Y yo le contesté ‘Yo, yo no veo programas’, relató.

Su primer vuelo fue un traslado de San Juan a Santa Cruz, St. Thomas y de vuelta a San Juan. El avión llevaba 76 pasajeros. Había una asistente de vuelo adicional que no estaba ‘debutando’ en ese vuelo y que hizo sentir más tranquila a Cruz, quien de todos modos se preparó como para tomar un examen en la escuela.

“Le pedía a Dios que no se me olvidara nada de lo que tenía que decir y le saqué copia aumentada al manual que nos entregan. Fue bien bueno el vuelo”, dijo.

En la actualidad, con tres años de servicio con Silver, Cruz ya se siente como toda una veterana de la profesión. De hecho, dijo que los años pudieran ser cuatro de no haber sido por la pandemia del coronavirus que detuvo el diario vivir. Y su nueva profesión la lleva de tradición porque su padre, Humberto Cruz, trabajó por muchos años en el aeropuerto en la Autoridad de Puertos.

Sepa que a Cruz le encanta su trabajo, el que le está ayudando a conocer El Caribe.

“Me gusta, me encanta”, dijo. “También tengo la oportunidad de viajar a Estados Unidos porque Silver tiene 11 destinos, tres de esos en República Dominicana. Me encanta atender la gente (y me encanta regañarlos al decirles que se pongan el cinturón). Desde que abordo a que los desabordo, me encanta servirles. Hay gente que no se siente cómoda con volar y yo estoy ahí para asistirlos y se sientan tranquilos. Me lo dicen cuando desabordan: que soy la mejor”.