Caguas. Ulises Maldonado puede dormir tranquilo si no le regala flores o chocolates hoy a Karina Ocasio. Igual, a la voleibolista se le puede olvidar obsequiarle a su homólogo de los Cariduros de Fajardo y él no se va a enfadar. 

Para ambos, el día de San Valentín es como cualquier otro. Será una jornada de rutina, de llevar a la hija (Adriana) de la jugadora estelar de las tricampeonas Criollas de Caguas a la escuela, de cumplir con las prácticas de equipo. Tanto es su solidez como pareja, que ni el Día de Navidad se regalaron. 

“Uno siempre espera el detallito o algo, pero si no pasa no es que me voy a molestar”, dijo Ocasio. 

“Vivimos juntos hace mucho tiempo. Eso quizás lo esperan personas que no se ven todo el tiempo, que no pueden compartir, y para ellos esa fecha es lo máximo”, agregó sobre el denominado día de los enamorados. 

Flechados por cupido hace cuatro años, estos opuestos –que sí se atraen– aceptaron hablar con Primera Hora sobre su relación previo a un partido de las Criollas el pasado sábado en la cancha Héctor Solá Bezares de Caguas. 

Con las camisetas de sus respectivos sextetos, Ocasio, de 31 años, no tuvo problemas en posar para las fotos junto a su enamorado, quien sí sentía raro con la idea de darse besos entre la malla. 

“Él es quien está caqui”, dijo entre risas sobre el “pachó” de Maldonado, de 27 años, celoso con la privacidad de su vida. 

No obstante, al integrante de la Selección Nacional le brillaron los ojos cuando detalló el momento que vio a Ocasio por primera vez.

Linda a primera vista

Practicaba en Bayamón a los 15 años en el momento que se la presentaron y le pareció hermosa, con todo y los frenos en los dientes y cejas frondosas que dijo Ocasio tener para aquel tiempo. 

“No sabía su nombre, no sabía que despuntaba dentro de voleibol. Estaba más pendiente al baloncesto”, dijo Maldonado. 

Aquel saludo quedó en nada. Jamás imaginaron que serían pareja en el futuro. 

Años después, se reencontraron durante una práctica de las selecciones en la Universidad de Puerto Rico, sin saber de sus éxitos en el voleibol, y establecieron una amistad de encuentros en el gimnasio.

“Nunca se me olvida que ella una vez me dio una palmada en la cabeza. La miré mal porque me dio bien duro. Se empezó a reír y siguió. Ahí yo dije ‘no te pegues que tu das’. Y nada, de ahí hablamos, todo fue casual”, recordó. 

Los voleibolistas llevan una relación muy exitosa en el amor.

El momento de película surgió cuando Maldonado supo que una llamada desconocida en su celular era de Ocasio. 

“La primera vez que ella me llamó y vi el número raro sabía que era ella. No lo esperaba. No eran de los números de personas que conocía o de casa. Ella me dice ‘hello’ y le digo ‘cómo estás, Karina’, y ella respondió ‘¿cómo tú sabes que soy yo?’ Le dije ‘porque la única persona con quién he compartido en estos meses eres tú’. Creo que ese fue el punto que comenzó todo”.

Locura con su hija

Para Ocasio, fue importante que Maldonado se llevara bien con su hija Adriana, de 5 años, producto de su matrimonio pasado con el baloncelista mexicano-boricua Karim Malpica. 

“Siendo mujer y teniendo una hija es bien importante encontrar a una persona que sea lo suficientemente maduro. Me aceptó como persona, con una hija. Gracias a Dios, siempre ha sido maduro en eso. La conoció de bebecita, cuando apenas comenzaba a hablar. Es como si fuera su papá ahora mismo”, dijo Ocasio sin restarle méritos al padre biológico de su niña. 

“Ella es loca con él. En la escuela, en todos lados piensan que él es su papá por lo bien que se llevan”, añadió. 

A Maldonado se le hizo más fácil la dinámica cuando entendió que tenía que preocuparse por ambas. 

“Después de que la nena esté bien, Karina va a estar bien”, comentó. 

Una pareja muy normal

Los gustos de Ocasio y Maldonado son como los de cualquier otra pareja. Van al cine, a la playa, a caminar. Se definen como personas de estar afuera. 

De igual manera, se complementan por jugar la misma posición en el voleibol. Se pueden criticar y apoyar sin que ninguno se incomode con los consejos o consuelos. 

Cuando Ocasio jugó en China durante dos temporadas, hubo una rutina de comunicación en momentos en que ambos estaban desocupados. Tras terminar su torneo, Maldonado viajó al continente asiático para estar con ella. Incluso, despidieron el año en dicho país. 

Una de sus leyes desde primer día es no decirse palabras soeces. 

“Nos respetamos mucho. Siempre queremos decir que queremos ser el ejemplo de muchas parejas. No quiero decir que lo estamos logrando pero nos llevamos bien”, indicó Ocasio. 

“Nadie es perfecto. Pero no deja que tratemos de hacerlo”, respondió Maldonado. 

Sentados en uno de los bancos cerca de la entrada del Solá Bezares, no se tuvieron que escribir en postales para decir lo más que le gusta de cada uno. 

“Me gusta su físico, que es alto, fuerte. Su personalidad, que es positivo. Es el cariñoso de la relación. Es detallista. No de comprarme cosas sino de cómo me ayuda, con mi hija”, resaltó Ocasio en busca de sonrojarlo. 

“Me gusta todo. De pies a cabeza. Ella lo sabe (le dice que no trate de acumular puntos). Aunque está dentro de una relación, es independiente, no necesita de nadie. Al problema que tenga lo sabrá resolver. Es todo lo que quiero dentro de una relación, no lo puedo desglosar”, declaró Maldonado.