Juncos.- Se llama Alba y, haciendo honor a su nombre, reaparece nuevamente en el horizonte del voleibol.

Alba Hernández, de 23 años, es la jugadora de 6’8” de estatura que fue hace tres ciclos olímpicos un proyecto en desarrollo de la Selección Nacional de voleibol.

Su papel en el programa de desarrollo de la Selección Nacional desapareció hace cinco años, justo al tiempo en que ella y otras jugadoras del programa, como Daly Santana, Ana Sofía Jusino y Neira Ortiz comenzaron a cosechar los frutos de los trabajos realizados yéndose a jugar y estudiar mediante el voleibol en instituciones de la NCAA.

Pero Alba ha reaparecido nuevamente en el horizonte del voleibol boricua luego de ser novata con las Gigantes de Carolina en la LVSF en el 2017 y de ganarse una convocatoria para entrenar con la Selección Nacional adulta que comienza este año a orquestrar un recambio de jugadoras tras el retiro de algunas veteranas luego de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el 2016.

Hernández está feliz de que se le hayan abierto nuevamente las puertas para tratar de estar a la selección.

“Me siento honrada. Para mí siempre ha sido muy importante representar a mí País. Lo estuvo haciendo desde los 12 años y siento que es un honor volver a ser parte de la Selección. No ha sido fácil. He pasado por situaciones difíciles, pero el trabajo que estoy llevando a cabo todos los días está dando frutos”, dijo.

Sus 6’8” de estatura mantienen a Hernández vigente en el voleibol. Es una estatura poco común en el voleibol de Puerto Rico y que, por lo tanto, vale la pena el intento por sacarle el máximo.

Ahora bien, todo indica a que la jugadora no ha descansado en su excepcional estatura, sino que ha puesto de su parte y ha llamado la atención de los directivos y técnicos de la Selección con lo que ha podido hacer como bloqueadora en el taller que ha tenido en la Liga, gracias a la oportunidad que le han dado las Gigantes.

Llamó la atención con dos partidos de siete bloqueos cada uno. Totalizó 43 bloqueos en 58 parciales que jugó en la temporada regular. Su promedió de bloqueos por set (0.74) fue el tercero más alto del torneo, solamente superada por dos jugadoras internacionales, Karina Ocasio (0.84) y Dulce María Téllez (0.76).

En el ambiente del voleibol se habla bien de la “evolución” que está mostrando el desarrollo de Hernández. Ella también lo siente así. “Siento que he ido de menos a más. Quizás he tenido algunas inconsistencias. Pero no me voy a rendir. Voy a seguir trabajando duro. Como lo hago ahora mismo, cuando trabajo todos los días. Tengo unos coaches que van a mí, que me retan, y tengo confianza para seguir ejecutando el trabajo”, puntualizó.

Hernández, quien es de Río Grande y se crió en Fajardo, se graduó del Colegio St. Francis de Carolina en el 2012 y se fue a jugar NCAA en la Universidad Central de Florida, pero regresó a la Isla al año siguiente y no figuró más en el programa nacional, hasta ahora.

Taller con Molero

Sí comenzó a jugar voleibol LAI con las Jerezanas de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras. Ahí, bajo la tutela de su también dirigente en Carolina, Xiomara Molero, la jugadora central ha vuelto a recuperar la confianza de que sí puede jugar internacionalmente.

Molero dijo que Hernández continúa siendo un proyecto en desarrollo. “He trabajado con ella por los últimos seis años. Hay evolución y ella tiene mucho que aportar y tiene el interés de hacerlo. Eso lo puedo decir yo. Está trabajando en el gimnasio. Es responsable. Es una niña que recoge mucho de la experiencia de las veteranas”, dijo Molero en referencia de la jugadora, quien tiene promedio académico de 3.40 en la UPR.

“¿Que si hay que tenerle paciencia? Sí. Pero en el voleibol de ahora los jugadores llegan hasta los 35 años. Hay que darle le oportunidad para que ver si ella puede dar dos o tres años buenos”, dijo Molero.