
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Jetzabel del Valle se convirtió el pasado miércoles en la nueva reina de los bloqueos al rebasar la marca de 910 sombreros en posesión de Michelle Maltés. Y ahora tiene su mirilla puesta en el próximo paso: ser la primera central en alcanzar los 1,000 bloqueos desde que la Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV) comenzó a llevar estadísticas en el 1995.
Irónicamente, Del Valle, natural de Caguas, realizó la gesta contra el equipo para el cual jugó por 14 temporadas, las Criollas de Caguas. Sus nueve bloqueos en el partido le dieron un total de 917 tapones y la primera posición en el renglón.
“Fue un poquito fuerte, pues veía del otro lado de la malla a personas como (Luis) 'Papo' García (dirigente), Víctor Correa (fisioterapeuta), Vanessa Vélez, Glorivee Vázquez. Me sentí súper contenta y lloré un montón, pero a la misma vez me sentí un poco triste, pues deseo retirarme en el equipo de Caguas. Quería romper el record con Caguas, pero no se pudo. Como quiera estoy bien agradecida de Dios y de mi familia”, sostuvo Del Valle a Primera Hora.
Pero la espigada central ya colocó su mirada más allá, pues su meta es convertirse en la primera voleibolista en repartir 1,000 sombreros.
“Tengo otra meta, que es llegar a los 1,000 bloqueos. Este año no va a ser posible alcanzarlo, pero es una meta mía, pase lo que pase con las lesiones que han sido cosas que me han dañado un poco mi carrera. Pienso que es una marca que puedo lograr y voy a seguir trabajando duro, como siempre he hecho”, puntualizó Del Valle.
– ¿Eso significa que hay Jetzabel para cuatro o cinco años más?
(Se rie) “¡Yo voy a orarle a Dios y, obviamente, trabajar fuertemente! Mi rodilla ha mejorado mucho, me siento súper bien, que, poco a poco, he vuelto a ser la misma jugadora que era un poco antes de mis lesiones. A pesar de la mala racha que ha tenido Mayagüez, siento que es un equipo que, como quiera que sea, tiene potencial y pienso que si mi rodilla sigue mejorando, puede habar Jetzabel para par de años”.
Sumo respeto por Michelle Maltés
No es un secreto que Del Valle admira y respeta a la ponceña Michelle Maltés, pues jugó y aprendió de ella en sus primeros años en la LVSF. Hasta el miércoles, Maltés era la poseedora de la marca de sombreros desde el 1995 con 910. Aunque Del Valle es ahora la nueva reina, aún considera que Maltés es una de las mejores centrales que ha tenido Puerto Rico.
“Yo tengo que decirle 'usted y tenga' a Michelle porque las estadísticas comenzaron a llevarse desde el 1995, y ella ya estaba jugando muchísimos años antes que yo. Cuando yo entré ya ella era una jugadora imponente en la malla. ¿Imagínate cuantos bloqueos tuvo que haber dado antes del 1995? Yo sigo insistiendo que soy la segunda contra ella, hasta que pueda llegar a los 2,000 bloqueos. Entonces podría decir que soy la primera”, sentenció Del Valle entre risas.
Agradecida de su familia
Del Valle es la primera en admitir que muchas personas jugaron un papel importante en su desarrollo como voleibolista, pero la distinción mayor la reservó para su familia, y en especial su padre, José del Valle, quien fue el que estuvo con ella “para arriba y para abajo”, llevándola a las prácticas.
“Realmente, de lo poco que yo tenía, mi papá hacía de tripas corazones. Me llevaba y me traía en un carrito viejo, práctica, tras práctica, tras práctica. Luché mucho para llegar a algo tan importante en mi vida”, destacó Del Vale.
Además de agradecer el apoyo y respeto que recibió de parte de la fanaticada y franquicia de las Indias, equipo que la adquirió mediante cambio con Caguas, Del Valle también agradeció la ayuda de personas que trabajaron “tras bastidores” en su recuperación de múltiples operaciones.
“También tengo que agradecerle a Víctor Correa (fisioterapeuta), que en todas mis operaciones y terapias, él estuvo ahí siempre. Una persona que también me ayudó mucho durante el tiempo que no estuve practicando con Caguas fue Jeffrey Fraticelli. Este año sólo me he perdido un partido, y no fue por lesión, sino porque mi rodillera se rompió. Rubén López, que es el trainer de las Leonas de Ponce, también me ayudó muchísimo”, dijo.
“A la fanaticada de Mayagüez le agradezco el que me hayan recibido tan bien. Me siento querida y se los agradezco un montón. Pero dedicarle este logro a la fanaticada de Caguas para mi es muy importante, pues se gozaban cada bloqueo que yo hacía. Creo que los fanáticos se lo gozaban más que yo, y la gente sabe que yo brincaba como una loca. Yo puedo estar todo un juego sin hacer un punto en remate, pero a mí me encanta bloquear. Es algo que me lo vivo”, añadió Del Valle.