Su nombre puede causar variadas reacciones para quienes lo escuchan por primera vez, pero su maravillosa ubicación y su espectacular vista hace olvidar cualquier asociación negativa a esta histórica estructura.

El Puente La Bellaca, en el barrio San José de Quebradillas, se ha convertido en un nuevo punto turístico en este pueblo y en toda la zona norte.

Y es que más allá de su peculiar nombre, -que tiene su origen en la época española- esta edificación guarda parte de la historia del pueblo de Quebradillas e invita a los amantes de la historia y la naturaleza a hacer una parada para admirar la envidiable naturaleza de nuestra Isla.

“Muchos dicen que es un nombre bien peculiar y algunos ni siquiera lo quieren decir, pero lo cierto es que, para los españoles, la palabra ‘bellaca’ era un sinónimo de algo fuerte y por aquí pasaba una quebrada grande y bien brava. Así que bellaca definía lo que era la quebrada. Luego, se llamó así al puente que pasaba sobre la quebrada”, contó Paul Castillo Nieves, encargado del área de turismo del municipio de Quebradillas.

Su construcción data del año 1906, pero está anclado en pilotes de ladrillo y piedra que fueron construidos por los españoles, cuando desarrollaban la ruta San Juan-Aguadilla para finales del siglo XIX. Sin embargo, la construcción del puente nunca se terminó y con la invasión de Estados Unidos, la compañía American Railroad Company desarrolló el puente como parte de la ruta del tren que le daba la vuelta a la Isla por toda la costa.

“Ahora mismo lo único que queda original de ese puente son los pilotes que tienen un patrón arquitectónico francés, ya que los españoles usaban la mano de obra francesa para sus principales construcciones”, recordó Castillo Nieves.

Hoy día, se utiliza para el paso de tuberías de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y muchos deportistas practican rappelling estilo caída libre en el lugar.

“El puente ha tomado un auge espectacular, ya que la gente ha descubierto la hermosa vista que tiene este puente. Gracias a grupos que practican turismo interno (Amigos del tren de Isabela), se regó por las redes sociales y ahora semanalmente llegan más de 100 personas a visitar el puente”, destacó el director de turismo municipal.

El puente tiene una altura aproximada de 125 pies y se eleva por encima de una hermosa y frondosa vegetación peculiar de la zona. Además, desde allí se puede apreciar parte del Océano Atlántico en la desembocadura de la quebrada, muy cerca del Puerto Hermina, otra de las atracciones turísticas del pueblo de Quebradillas.

Según el portal enciclopediapr.org, El Puerto Hermina está construido en mampostería, data del siglo 18 y fue construida por los comerciantes de cabotaje Dionisio y Leonicio Hermina, terratenientes y comerciantes de la zona entre los años 1824 y 1843.

Sin embargo, se cree que el fortín también sirvió de centro de contrabando de toda la zona norte.

“Puerto Hermina es la razón por la que a Quebradillas se le conoce como La Guarida del Pirata, ya que se cree que aquí había una tienda de contrabando. Y cuenta la leyenda que, por ser un lugar de contrabando, lo relacionaban mucho con el pirata Cofresí, que supuestamente lo usaba de guarida para esconderse de los españoles a los que les robaba la mercancía”, repasó Castillo Nieves.

Otros sitios turísticos que ofrece Quebradillas son el Túnel Negro -que también formó parte de la ruta del tren-; las dos ceibas, que tienen más de 200 años y que pueden verse en plena carretera PR-2 y la legendaria cancha Pedro Hernández, cuya vetusta estructura aún atrae a decenas de seguidores del baloncesto, especialmente aquellos fanáticos de los Piratas de Quebradillas que reinaron allí en la década del 70.

Para más información de las atracciones turísticas de Quebradillas puede comunicarse al 787-895-2840, ext. 2249.

 Paul Castillo Nieves, encargado del área de turismo del municipio de Quebradillas. (SUMINISTRADA)

El Puerto Hermina está ligado a la leyenda del Pirata Cofresí. (SUMINISTRADA)