La última vez que pudimos disfrutar una película del Universo Cinematográfico de Marvel en cines fue para cuando se estrenó Avengers: Endgame en el 2019. Aquella entrega, que en tan solo unos meses de su estreno logró destronar en el box office, aunque momentáneamente, a la cinta de ciencia ficción Avatar (2009) que ostentaba el título de la película más taquillera de todos los tiempos. Mañana, la larga espera por una nueva entrega finalmente llega a su final con una de las cintas más esperadas por una fanaticada de Marvel que ha estado pidiendo una película en solitario de la espía y vengadora “Black Widow” por más de una década.

Ambientada entre las películas de Captain America: Civil War (2016) y Avengers: Infinity War (2018), la cinta sigue a una fugitiva “Natasha Romanoff” (Scarlett Johansson) después de violar los famosos Acuerdos de Sokovia de los que llegamos a conocer por primera vez en Civil War. Ahora viviendo una vida solitaria, tranquila y francamente bastante aburrida, el retiro de ser una vengadora llega casi instantáneamente a su fin cuando el personaje “Yelena Belova” (Florence Pugh), alguien a quien “Natasha” creció llamando su hermana, regresa a su vida pidiendo ayuda para derribar a la persona y el lugar que las convirtió a ambas en las asesinas más mortales del mundo. El primer acto establece impecablemente el tono y el equilibrio entre el drama y la acción que veremos por el resto de la cinta. Un balance que la directora Cate Shortland decidió acompañar con un lado de humor. Algo que vemos más a través del personaje de “Yelena”, y de las personas a las que “Natasha” consideraba como sus padres, “Alexei Shostakov/Red Guardian” (David Harbour) y “Melina Vostokoff” (Rachel Weisz).

La mayor parte de la cinta se pasa entre los personajes de Johnasson y Pugh tratando de reunir a su familia para poder derribar a la organización que se encuentra creando y controlando a las “Black Widows” por todo el mundo. Un tiempo bien distribuido al presentar la increíble química entre el elenco y sus personajes, al igual que el amor y la admiración mutua entre cada uno de ellos. Todo esto es gracias a un guión que está impulsado por sus personajes y no por la trama, a diferencia de otras cintas de Marvel. Si esa decisión funciona o no, al final del día queda todo en las manos de los mismos fanáticos que desde años han rogado para que esta película finalmente saliera al mundo.

Otra cosa que realmente se destaca en esta cinta es el potencial de la actriz británica Florence Pugh en el futuro del MCU, así como su habilidad para ser tan asombrosa en acción como lo es la veterana Scarlett Johansson. La actriz realmente tuvo todas las oportunidades para lucirse y captar la atención del público para que, con suerte, la puedan aceptar y continúe con ese legado de las “Black Widows” que Johansson ha llevado maravillosamente por los últimos 10 años.

Ahora, por donde unas cosas resaltan, otras no. La falla más grande de esta entrega es la falta de una conexión emocional y sus villanos. Si bien la película presenta un lado emotivo con la relación entre “Natasha”, “Yelena” y alguien de su pasado, conociendo su destino, no es lo suficiente como para envolverte completamente en ella. Podemos acreditar eso a que esta película está estrenando ya un poco tarde en el MCU. Además, de todos los villanos de Marvel, estos son, por mucho, los más débiles, y la revelación de la persona conocida como el “Taskmaster” fue en cierto modo decepcionante.

Aparte de eso, esta entrega es realmente un viaje bastante divertido y lleno de secuencias de acción muy buenas que uno fácilmente se puede disfrutar de principio a fin. Para aquellos fanáticos que han seguido a este personaje por más de una década desde su primera aparición en Iron Man 2 (2010), esta cinta le da el cierre al personaje de “Natasha Romanoff” que Endgame no pudo darle, de la manera más única y bella. No pudimos haber pedido algo más especial.

“Black Widow” se estrena mañana en las salas de cine de Puerto Rico y en la plataforma de “streaming” Disney+ Premier Access con costo adicional.