Cuando la reportera Deborah Martorell se graduó de cuarto año de escuela superior, les dejó saber a sus compañeros y maestros que llegaría al espacio.

“Toda mi vida, desde chiquita, decía que iba a ser astronauta”, expresó.

Pero ese sueño de niña se transformó y Deborah Martorell acabó siendo periodista y meteoróloga. Combinó sus gustos por las ciencias y las comunicaciones y no se arrepiente de su decisión.

La periodista, sin embargo, nunca abandonó su sueño de tener algún contacto con la astronomía. Por tal razón, se dio a la tarea de gestionar los permisos para viajar hasta el Centro Espacial Lyndon B. Johnson en Houston, Texas, y conocer de cerca el trabajo del astronauta boricua Joseph Acaba, quien actualmente entrena para su misión en el Discovery en febrero de 2009.

Luego de varias pruebas médicas, llamadas telefónicas a amistades que laboran en el Centro Espacial y dos meses de larga espera, la periodista recibió el permiso de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos para visitar al astronauta boricua.

Lo que Deborah Martorell vivió durante dos semanas con Joseph Acaba se podrá ver a través del especial de tres días “Gravedad cero”, que estrena mañana, martes, a las 5:00 de la tarde, por “Noticentro” (Wapa), con repeticiones en las ediciones de las 10:00 de la noche y 5:00 de la mañana. Es la primera vez que un canal de la Isla tiene acceso a las áreas de entrenamiento de los astronautas.

“Fue un interés mío en particular gestionar esta visita porque se ha contado mucho del primer astronauta puertorriqueño y me interesó el hecho de cubrirlo a él en su entrenamiento, así como conocer qué es lo que hará en el espacio”, comunicó la periodista, quien viajó con el camarógrafo Billy Rosado.

Deborah Martorell no sólo recorrió el Centro Espacial junto a Acaba, sino que estuvo en el simulador y voló en el avión C-9 para experimentar el ambiente de cero gravedad. Además, visitó la piscina de entrenamiento y los controles de misión donde también trabaja el puertorriqueño.

La reportera pudo volar en el C-9 como parte del grupo de periodistas de la Universidad de Texas, ya que la NASA no permite medios de comunicación con su equipo en el avión.

Poder flotar en ese avión especializado –lo más cercano a la sensación de estar en el espacio– fue una experiencia única, dijo la periodista.

“La primera vez fue bien extraño porque me dejé llevar... Me di con la parte de arriba del avión y no tenía control de mis movimientos. La reacción inmediata que tuve fue nadar, pero eso no ayuda a tener control. Hay que agarrarse de algo para poder moverse”, explicó.

La periodista también destacó que conocer a Joseph Acaba fue como tomar un curso especializado en astronomía, pues éste le explicó en detalle en qué consiste su misión espacial. Además, conoció parte de la vida de este puertorriqueño.

“Para mí fue una experiencia increíble. Me encanta la ciencia y el haber conocido de cerca el trabajo de este astronauta fue maravilloso”.

Luego de pasar por toda esa experiencia, si pudieras ir al espacio, ¿irías?

–Si algún día se diera la oportunidad jamás la rechazaría, pero no es fácil y menos si eres padre o madre porque los horarios son bien extraños y los días no son normales.