Ha pasado casi una década desde que Jennifer Garner estuvo en la gran pantalla. Años en los que estuvo dedicada a sus tres hijos, de su relación con Ben Affleck, con quien ha vivido un drama real por su adicción al alcohol y los juegos de azar.

Ahora, Garner vuelve a la acción en Peppermint, como “Riley North”, quien despierta de un coma tras sobrevivir a un brutal ataque que mató a su esposo e hija. Cuando el sistema protege a los asesinos de su familia, Riley quiere vengarse. Pasa años ocultándose, perfeccionando su mente, cuerpo y espíritu para lograr su cometido.

Es su bienvenida al género con el que ganó fanaticada, como “Sydney Bristow” en la serie de televisión Alias y en la película Daredevil. 

“Hubo mucho entrenamiento. Hice mucho baile, cardio, pesas y trampolín. Boxeaba todos los días y entrenaba con el equipo de dobles”, aseguró la actriz de 46 años en una entrevista con Entertainment Tonight.

Pero fue saber que trabajaría junto al director Pierre Morel, quien convirtió a Liam Neeson en un héroe de acción en Taken, el empujón para aceptar el papel. 

“Ha pasado una década, así que había que escoger la película indicada. Pierre Morel sabía el tipo de acción que quería hacer, una impulsada por las emociones. Debes tener algún motivo tan fuerte que empuje al personaje a no tener otra opción que pelear”, dijo Garner.