¡Estas mujeres no comen cuento!
Harley Quinn encabeza las Aves de Presa, una ganga de renegadas en “Birds of Prey”, esperada película de DC Comics que estrena hoy en la Isla

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Birds of Prey, propuesta que continúa la historia de la “Harley Quinn” que conocimos en Suicide Squad, mantiene viva una racha positiva dentro del universo extendido de DC (DCEU, por sus siglas en inglés) que se había visto mortalmente herido por propuestas en quiebra creativa como Batman v Superman, Suicide Squad y hasta cierto punto Justice League.
Esta última inspiró a algunos de los fanáticos más comprometidos con la marca a implorar por el lanzamiento de una versión secreta -supuestamente perfecta- que existió previo a la versión que llegó a los cines. Es de estos mismos enredos y posibles movimientos de redes sociales que Birds of Prey se libra al ser una película más preocupada por la historia y los personajes que la componen que con la idea de responder a una historia más grande; o simplemente ser una pieza en un rompecabezas donde algunas piezas encajan mejor que otras.
La historia arranca justo después de la ruptura entre “Harley Quinn” y “Joker”, a quien el personaje titular se refiere como “Mr. J” o “Puddin”. En esta película no hay rastros de Jared Leto, quien encarnó al “Guasón” en Suicide Squad, siendo esta una de varias maneras que Birds of Prey busca distanciarse de ese filme, por lo menos después de haber repasado los eventos que desencadenaron en la trama actual. El sobreuso de flashbacks y narración normalmente raya en la sobreexposición, pero es gracias al comportamiento destornillado de “Harley” y un tono que nos advierte que no debemos tomar nada de esto muy en serio, que la película se escapa con algunas de estas fallas.
Ahora soltera, “Harley” descubre que lo único que se interponía entre ella y una muerte segura era la protección que le brindaba el Príncipe Payaso del Crimen. Este era uno de los beneficios de ser la novia del “Joker”, pero con él fuera del panorama, entran en su vida con más facilidad figuras como “Roman Sionis” (Ewan McGregor), un magnate que haría lo que fuera por ser quien haga pagar a “Harley” por los inconvenientes que ella y su exnovio le causaron en el pasado.
De manera enrevesada entran en la historia el resto de los integrantes de este equipo, conocido en los cómics como la Aves de Presa. El problema, evidente desde el principio pero verdaderamente problemático en el segundo acto, es que el título nunca le explicó al guion que debía encontrar la manera de unir al grupo de mujeres más temprano que en el tercer acto. La decisión de enfocarse en el crecimiento de “Harley” termina siendo un arma de doble filo, porque aunque provee momentos ingeniosos y le dan la oportunidad a Robbie para desenvolverse en el que claramente es el rol que más disfruta, queda demostrado con una excelente secuencia de acción en el tercer acto que estos personajes se complementan mejor unos a otros cuando están juntos.
Esto, indirectamente, abre el camino para McGregor y su fantástica interpretación del villano “Black Mask”, añadiendo capas sobre capas a un personaje finito en el papel, pero elevado por el veterano actor. La dinámica de “Sionis” con su mano derecha, “Victor Zsasz” (Chris Messina), se puede interpretar como una relación homosexual, no necesariamente porque esté explícito en el guion, sino por las decisiones de los actores en cuanto a porte, manerismos y hasta miradas. No es el caso de “Renee Montoya” (Rosie Pérez), un personaje gay en los cómics cuya orientación sexual juega un importante rol en su historia de origen. En la película, este aspecto queda reducido a una antigua relación con un personaje secundario.
“Montoya”, al igual que “Cassandra Cain” (Ella Jay Basco), “Black Canary” (Jurnee Smollett-Bell) y “Huntress” (Mary Elizabeth Winstead), son personajes que sufren por la decisión de hacer de la primera hora de Birds of Prey el one woman show de “Harley Quinn”, utilizando el tiempo que habrían necesitado para desarrollar personajes que debutan en esta película.
Si una historia centrada en ella es lo que buscas, pues terminó la búsqueda. Al “spin-off” o secuela espiritual de Suicide Squad le sobra la magia de “Harley Quinn” y viene complementada por la excelente acción de la directora Cathy Yan, con una ayudita de Chad Stahelski de John Wick.
El estilo de Stahelski, maestro de la acción, queda evidente especialmente en una ingeniosa y emocionante secuencia en que Quinn es remolcada por un automóvil a alta velocidad. Los visuales, sin embargo, son todo Cathy Yan, quien logra que Birds of Prey se distinga del resto del catálogo con una explosión de colores que por años estuvieron ausentes en esta marca.
Al igual que Joker, cuyo éxito es innegable, Birds of Prey vive en un espacio aparte al universo compartido del que solo quedan recuerdos. Aunque imperfecta, es otro paso en el camino correcto para el futuro de DC Cómics en el cine.