"Get Smart": Buena comedia condimentada con acción

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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No es con mucha frecuencia que una popular serie de televisión es transferida debidamente a la pantalla grande, pero cuando sucede, como en el caso del filme “Get Smart” que estrena hoy en Puerto Rico, la experiencia es sumamente satisfactoria.
Basada en el programa del mismo nombre que se transmitió desde 1965 a 1970 en la televisión estadounidense -y a buena parte de Latinoamérica con el título de “El Súperagente 86”-, la película es una alocada combinación de películas de “James Bond” sazonada con el incomparable humor de Mel Brooks, uno de los creadores originales de la serie.
Dentro de las claves para su exitosa fórmula, se encuentra la selección de Steve Carell (“The 40 Year Old Virgin”) como el protagonista “Maxwell Smart”, un analista de la agencia de espionaje llamada “Control” que sueña con ser ascendido al puesto de agente secreto. Cuando el sindicato criminal “Kaos” ataca la base subterránea de “Control”, los anhelos de “Max” se hacen realidad al ser nombrado el “Agente 86”.
Con la ayuda de la sensual pero igualmente letal “Agente 99” -interpretada por Anne Hathaway (“The Devil Wears Prada”)-,la primera asignación de la pareja consiste en investigar las razones del atentado y descubrir la identidad de los líderes de “Kaos”. Consciente de su poca experiencia en el campo, “Max” deberá armase de su inmenso entusiasmo y un arsenal de artefactos de espionaje si desea cumplir con la misión.
Cuando se da el salto de la televisión al cine es natural que los cineastas deseen hacerlo todo más grande y llamativo, pero a veces con este impulso se pierde la esencia del programa. Afortunadamente, esto no ocurre en “Get Smart”. La cinta –dirigida por Peter Segal (“50 First Dates”)- tiene todas las particularidades de un largometraje veraniego, desde las grandes estrellas hasta las típicas explosiones y efectos especiales, pero su enfoque primordial nunca deja de ser la comedia.
Para provocar las carcajadas en el público, la unión de Carell y Hathaway es indispensable. La relación entre ambos agentes representa el mayor atractivo de la historia y la pareja de actores proyecta una excelente química mutua. Carell es uno de los mejores comediantes de la actualidad, mientras que Hathaway, quien inició su carrera con papeles cómicos en cintas de Disney, complementa perfectamente el humor del actor.
Los papeles secundarios son igualmente efectivos. Como el jefe de “Control”, Alan Arkin -ganador de un premio Oscar por su trabajo en “Little Miss Sunshine”- se luce en cada escena en que aparece y su personaje contiene unas de las mejores líneas de diálogo del largometraje. Mientras, Dwayne Johnson –mejor conocido como el luchador de la WWE “The Rock”- también logra destacarse dentro del elenco.
Pero por mejores que sean los actores, poco pueden hacer sin un buen libreto. Para su buena fortuna, el guión de Tom J. Astle y Matt Ember viene cargado de risas. Es evidente que los autores se gozan el subgénero de las películas de espionaje sin llegar a lo vulgar, contrario a como se ven en muchas parodias de la actualidad.
“Get Smart” no sólo captura perfectamente el concepto original de la serie, sino que lo transmite a la pantalla grande de una manera igual de efectiva. Si le gustan sus comedias condimentadas con unas buenas secuencias de acción, ésta es una cinta que no se debe perder.
Alexis Sebastián Méndez / Para Primera Hora
Inspirada en la serie de finales de los 60 conocida en español como “El Súper agente 86”, “Get Smart” presenta al agente “Maxwell Smart”, trabaja como agente secreto en “Control”, y debe detener un complot de la malvada organización de “Kaos”.
Cuánto le guste esta versión de “Get Smart” dependerá de cuán claramente usted mantenga la serie en memoria. Para mala suerte del filme, mantengo muy fresco en la mente el afecto que sentía por esta comedia en la que se parodiaba el género de espionaje. Voy a comenzar exponiendo algunas desviaciones inaceptables.
La premisa carece de absurdo. Un ejemplo de los villanos en la serie: un descendiente de Cristóbal Colón es el heredero legal de todos los Estados Unidos, pero el galán italiano no tiene interés en tener el país, y va a firmar un traspaso para que sea libre. Los villanos de “Kaos” quieren secuestrarlo y obligarlo a cederles el país.
Comparen esa idea tan cómicamente ridícula con el plan de “Kaos” en la película: tienen bombas nucleares que detonarán si no se les entrega dinero. Si hay una idea sin chispa u originalidad en el cine, éste es el mejor ejemplo.
El filme no entiende el humor. Uno de los chistes más recordados de la serie: “Smart” y el jefe van a hablar un tema muy secreto, así que deciden usar “el cono del silencio”, unas cápsulas de acrílico que cubren a cada uno. Ahora, cuando hablan, no se escuchan uno al otro, y tienen que gritar, así que todos pueden oír lo que se habla, excepto ellos mismos.
Como este chiste es tan querido por los fanáticos de la serie, aparece en el filme, y es tratado con una torpeza tal que toda la gracia se pierde. Peor aún, alguien explica que el invento aún tiene defectos. La gracia en la serie es que los mismos usuarios no se percatan de lo irónico del asunto.
Los personajes no son leales a la serie. “Laraby”, quien en la serie era el secretario del jefe, era un tipo terriblemente estúpido (tras quedarse encerrado en una bóveda con el jefe, comienza a hacer calistenia, y cuando el jefe le indica que está desperdiciando oxígeno, “Laraby” le responde: “Use su mitad como quiera, yo uso la mía a mi manera”. En el filme, “Laraby” se convierte en un agente bromista y antipático.
Pero lo peor es lo ocurrido con el personaje de “Maxwell Smart”. En la serie era un tipo al estilo del “Inspector Clouseau”, el agente de orden idealista pero torpe, demasiado orgulloso para notar su propia incompetencia. Steve Carell maneja este tipo de personaje al clavo en su programa de cable “The Office”. Por alguna razón, el filme lo convierte en un tipo tierno bastante efectivo en su trabajo.
Reconozco que mi opinión va dirigida a quienes amaban la serie, pero siendo uno de ellos, ésa es mi reacción. Puedo reconocer que el filme tiene momentos muy simpáticos, y que las escenas de acción son sobresalientes, aunque muchas de las ideas hayan sido robadas de las películas de “James Bond”, “Moonraker” y “Octopussy”. Pero de nuevo, estoy usando referencias de “ochentosos”. La nueva generación seguramente disfrutará de “Get Smart”, aunque no entenderán qué tenía de especial la serie.

