Mi primera experiencia con los Guardianes de la Galaxia fue con su primera entrega en el 2014, un año en el que acostumbraba a usar audífonos para estudiar. Era irresistible no identificarme con el “mood” musical lleno de acción intergaláctica de esta película y más con un “soundtrack” de la década de los 60 y 70. La propuesta me sumergió en una trama de ciencia ficción de un grupo de personajes de Marvel no tan conocidos, pero que no obstante dejé entrar a mi corazón desde la primera impresión. Mucha de la conexión con ellos es gracias al director James Gunn por darle corazón a un grupo de personas miserables y criminales en un principio, que ahora son unos héroes.

Su tercera entrega por fin llega a las salas de cine, culminando la que considero la mejor trilogía del Marvel Cinematic Universe (MCU). El Volume 3 es todo lo correcto que Gunn hizo en las anteriores propuestas: acción, comedia y drama bien equilibrados, sin perder la conexión con los personajes. Pero, la profundidad de la amistad y la familia es lo que mejora en cada entrega, cerrando esta gran trilogía en alto e incluso diciendo adiós a este grupo de personajes como a su director, quien se traslada a DC Studios como uno de los CEO.

Los ojos de los espectadores pueden estar pendientes o desinteresados en esta nueva entrega del MCU. ¿Por qué? Por un lado, están los que no tienen mucha fe en Marvel, luego de reacciones mixtas con Quantumania y otras producciones recientes del estudio. Y hay otro sector que está pendiente a esta propuesta, vigilando su resultado y así anticipar un posible panorama de lo que pueda ejecutar Gunn en DC Studios. Pero sea tu posición, si eres fan de los Guardians of the Galaxy, olvídate de Marvel y DC Comics, porque quedarás satisfecho con el desenlace de estos personajes. ¡Es extraordinario!

Los Guardianes siguen siendo divertidos, una familia y amigos conflictivos, con diferencias, pero que dependen entre sí para sobrevivir. En esta ocasión, luego de los eventos de Avengers: Endgame, Peter Quill (Chris Pratt) y su equipo actual, compuesto por Mantis, Drax, Nebula, Cosmo, Rocket Racoon, Groot y Kraglin, son atacados por Adam Warlock (Will Poulter), un ser creado por los Sovereign específicamente para destruir a los Guardianes de la Galaxia. En este altercado, uno de los miembros del equipo es herido. Para poder rescatarlo, el equipo indaga en su pasado, lo que los lleva al villano de esta entrega: The High Evolutionary (Chukwudi Iwuji).

Nosotros como espectadores nos vemos sumergidos en varias escenas o “flashbacks” de la vida de Rocket, dispersas como pausas en el plan de rescate por parte de los guardianes. Este efecto entre cambios de escena es una adicción diferente en ritmo, en comparación con las otras dos entregas. Un juego de tonos entre aventura, comedia, drama, tristeza y así consecutivamente, alternando las emociones de la película como de nuestra reacción. Esto puede ser un desafío, pero hace que la película se vuelva más dinámica y pudiera parecer inestable, pero en mi caso es una montaña rusa de emociones bien logradas por parte del director. Una trama oscura con espacios para reflexionar, sin olvidar el encanto y entretenimiento de las primeras dos entregas.

Si eres un fiel seguidor de estos personajes desde su primera entrega, vas a recibir un mayor golpe emocional por el desenlace de los personajes. Todos los guardianes están bien elaborados y mayormente aquellos que han estado desde un principio. Todos tienen su momento dramático, cómico, una puesta en acción y su desenlace emotivo.

Es poco lo que puedo criticar, pero tengo solo una pequeña observación: el “big baby” llamado Adam Warlock. Este ser dorado, interpretado por Will Poulter, quién se ve que está disfrutando su personaje, solo lo posicionan como un “berrinche” para complicar la trama. Sus poderes y efectos están bien establecidos y su actitud de “big baby” es entendible, pero simplemente permanece en toda la trama como un objeto para hacer daño. Si alguien es poderoso, bien escrito y actúa con gran devoción, es Iwuji como “The High Evolutionary”, un villano que no vas a dudar odiar por su repudiable visión de un nuevo mundo.

Por otro lado, en las últimas producciones de Marvel se ha criticado de gran manera sus efectos visuales, pero Guardians of the Galaxy. Vol. 3 no cae en esta observación negativa. El largometraje es un espectáculo visual de principio a fin, acompañado de una gran dirección de Gunn, que trata de entregar algo diferente a sus resultados pasados. No se puede negar que Gunn se va en alto de Marvel, logrando tener el control total de sus personajes en las tres cintas y entregando su corazón a la producción como a su elenco.

Se ha dicho anteriormente por la producción que esta será la última película de este equipo como los Guardians of the Galaxy, pero no necesariamente la última en este mundo intergaláctico. Sea cual sea su futuro, agradezco que se mantuvieran apartados y no dependieran en su totalidad de estar conectadas a las otras entregas del MCU. Su fórmula la hace una de las mejores trilogías del MCU y del género de superhéroes.