¿Quién no se acuerda de El Chavo del 8 o de El Chapulín Colorado?

El comediante, director y productor mexicano Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”, ciertamente escribió una página muy importante en la televisión latinoamericana con sus comedias de situación.

Aunque el artífice de estos inmortales personajes de la pantalla chica comenzó a hacerse sentir más en la década de los 70, su actividad artística ya llamaba la atención en su natal México desde la década de los 50.

Actualmente, el cantautor, dramaturgo, poeta y escritor, tiene 82 años de edad, reside en México y continúa casado con la actriz Florinda Meza, quien formó parte del elenco de varias de sus producciones más populares.

En el caso de El Chavo del 8, el impacto fue tal que la serie llegó a límites insospechados de popularidad en muchos países de América Latina. De hecho, el elenco de la comedia de situación llegó a realizar varias giras en México y en países de Centroamérica y Sudamérica. Puerto Rico recibió igualmente sus espectáculos con los que abarrotaban el coliseo Roberto Clemente.

Cuando El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado estaban en todo su apogeo, la prensa de Latinomérica atribuyó el éxito de las series a su humor sano y fresco que al día de hoy sigue gustando incluso a las nuevas generaciones.

Otro elemento que contribuyó al éxito de la serie fue que era la primera vez en México que se transmitía un programa dirigido al público infantil, pero personificado por adultos haciendo de niños.

Existen otras ramificaciones en las cuales Gómez Bolaños se destacó como, por ejemplo, en la ingeniería, aunque también fue futbolista y boxeador amateur.

Sin embargo, lo que verdaderamente fue su pasión y su vocación fue la escritura.

Por esa razón, el director de cine Agustín Delgado lo apodó “Chespirito” comparándolo con William Shakespeare, pero en versión miniatura, ya que Gómez Bolaños apenas mide 5 pies 2 pulgadas de estatura.

Los guiones y los libretos que comenzó hacer a Chespirito antes de crear los programas El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado lo catapultaron de tal forma que se convirtió de inmediato en la estrella del canal 8 en México, donde el productor lanzó sus primeras dos series: El ciudadano Gómez y Los supergenios de la mesa cuadrada.

Fue a través de estas producciones que entraron en escena los actores Rubén Aguirre y Ramón Valdés, quienes luego se convirtieron en los pintorescos “Profesor Jirafales” y “Don Ramón” en El Chavo del 8.

Chespirito, quien también popularizó al “Doctor Chapatín”, ha expresado en múltiples entrevistas que Ramón Valdés fue el único actor que “lo mató” de la risa en su vida. Además, lo consideró un hombre muy inteligente que tenía una habilidad extraordinaria para memorizarse los libretos. Valdés falleció en el 1988.

Otra de las figuras claves en las producciones de Gómez Bolaños, particularmente en El Chavo del 8, fue María Antonieta de las Nieves, quien por muchos años le dio vida a “la Chilindrina”, la hija de “Don Ramón”.

Chespirito conoció a María Antonieta de las Nieves mientras ella fungía como narradora de cuentos en programas infantiles.

Más tarde, aparecieron en la vida de Gómez Bolaños los actores Carlos Villagrán, Angelines Fernández, Horacio Gómez, Edgar Vivar y Florinda Meza, quien actualmente es su esposa.

En El Chavo del 8, Carlos Villagrán se puso en la piel de “Quico” a quien todos recordarán por sus prominentes cachetes y por su forma de llorar mientras se apoya en la pared.

Por su parte, la actriz Angelines Fernández encarnó a la “Bruja del 71” en El Chavo del 8; una mujer de edad adulta que vivía un eterno idilio con “Don Ramón” quien se le escabullía todo el tiempo.

El “Sr. Barriga” (Edgar Vivar) era el ejecutivo que siempre visitaba “la vencidad” a cobrar la renta y “doña Florinda”, personificada por Florinda Meza, era el interés romántico del “Profesor Jirafales” en El Chavo del 8.

“Doña Florinda” siempre destestó al “Don Ramón”, papá de “La Chilindrina”, y nunca perdía la oportunidad para propinarle una bofetada.

Otra figura clave en las producciones de El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado fue el hermano de Chespirito, Horacio Gómez Bolaños, quien nunca quiso estar frente a las cámaras y prefirió encargarse del mercadeo y la publicidad de las series.

Si bien es cierto que El Chavo del 8 dejó imponentes huellas, no es menos cierto que El Chapulín Colorado fue el deleite de la audiencia latinoamericana.

“‘El Chapulín’ no tenía las propiedades extraordinarias de los héroes. Era tonto, torpe y miedoso, pero también un héroe porque superaba el miedo y se enfrentaba a los problemas, y en eso precisamente consiste el heroísmo y la humanidad”, describió el mismo Gómez Bolaños sobre el superhéroe.

Para Chespirito, el Chapulín ha sido el único superhéroe capaz de hacer reír a la audiencia ante cualquier situación.

Sin duda alguna, la historia, el personaje, los villanos que enfrentó, los famosos refranes y una extensa lista de episodios fueron parte del legado que ofreció la serie de El Chapulín Colorado.

Cuando Gómez Bolaños armó su dream team (Valdés, Meza, Villagrán, Aguirre, Vivar, De las Nieves y Fernández) en la década los 70, El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado alzaron vuelo para nunca descender. Al sol de hoy, los personajes de estas series de televisión mexicana permanecen intactos en la memoria de los televidentes hispanos.