¿Quién se acuerda de la época de oro de las telenovelas puertorriqueñas?

Basta con mencionar melodramas como “El ídolo”, “Coralito”, “La jibarita”, “Julieta”, “Rojo Verano”, “Viernes social”, “María Eugenia”, “Fue sin querer” y tantas producciones que sirvieron de plataforma a estrellas de la pantalla chica que enarbolaron la monoestrellada en el mundo entero.

Eso puede atestiguar el ponceño Joffre Pérez quien está celebrando 55 años de carrera actoral con una fructífera trayectoria en la que cuentan unas 27 telenovelas, obras de teatro, cine y diversas oportunidades que hoy le merecen una distinción especial.

Esto al trabajar junto a artistas de la talla de Gladys Rodríguez, Marilyn Pupo, Giselle Blondet, Alba Nydia Díaz, Sully Díaz, Daniel Lugo, José Luis Rodríguez, Salvador Pineda, Sandro, Rogelio Guerra y Fernando Allende, entre otros. 

“Yo nací artista, el artista nace, no se hace, lo que tuve que estudiar actoralmente es lo básico, porque lo traje desde el vientre de mi mamá. Tuve una infancia bien bonita, familiar y me gustaba hacer mucho deporte, especialmente el básquetbol en la Academia Santa María Reina donde estudié”, confesó el actor cuyo nombre de pila es José Francisco Pérez Vázquez.

“Recuerdo que cuando tenía como 12 años, se hizo el primer víacrucis en Puerto Rico con los Hijos de los Caballeros de Colón, hice unas representaciones en vivo en 14 estaciones. Un día mi abuela vio un anuncio en el periódico El Imparcial, de una academia de arte dramático en Ponce, me apunté ahí y lo demás es historia”, relató al mencionar que inició en la actuación con la Compañía de Teatro Ponceña.

Fue a través de Rikavision, canal 7 en Ponce que Joffre comenzó en la pantalla chica con la telenovela Flor Café, luego Juan Bendito, producida por Elena Montalbán y Axel Anderson, y según el actor, “en esa novela Juan Bendito, fue que por primera vez se puso un tema musical a una telenovela y lo hizo el cantautor de Ponce Neftín González”.

“Yo hacía papeles pequeños, pero empecé con los grandes, porque ahí estaba Gladys Rodríguez, Orlando Rodríguez, Jaime Ruiz Escobar, Johana Rosaly, Jossie Pérez, Elena Montalván, todas las figuras grandes de aquella época. También hacía comedia”, destacó.

Luego pasó a hacer televisión en San Juan en la década del 70.

“Allá empecé en Wapa Televisión a hacer Guillermo de Cun, Soltero sin compromiso, Escenario, Jaja Jiji Jojo con Agrelot, todos esos programas. Después regresé a Ponce y en el 1980 fue que me llamaron para hacer El ídolo y ahí la pegué bien grande”, contó.

Precisamente en “El ídolo”, protagonizada por Marilyn Pupo y José Luis Rodríguez, fue que el actor ejecutó la interpretación más relevante de su carrera a través del personaje Enzo Romani, cuyo carácter esquizofrénico lo hacía adoptar cinco complejas personalidades.

El magistral ejercicio le hizo merecedor del Agüeybaná de Oro como Mejor Actor del Año. 

“Luego me fui a Venezuela y allá hice El ángel del barrio y ahí estaba Yolandita Monge, Sonia Noemí González, Adamari López que era una niña, Millie Avilés, Pedro Juan Figueroa y yo. Después fui a Televisa en México y allí estuve seis meses, regresé a Puerto Rico para hacer varias novelas y luego a Argentina a donde viví dos meses en la casa de mi pana Roberto Sánchez Ocampo, Sandro de América”, dijo al rememorar sus pasos.

“La última novela que se hizo en Puerto Rico fue Dueña y Señora, la última que hice con la que me gané un premio Paoli como Mejor Actor del País. La mayoría de mis personajes han sido antagónicos, también hice miniseries de televisión, he hecho cine siendo la última película Mi abuelo se quiere casar, que fue en el 2016 y todavía no ha salido”, explicó.

El artista lamentó que ese largometraje no ha podido exhibirse en las salas de cine “por falta de chavos, todo es dinero en este país”.

De otra parte, Joffre ha hecho radio durante 22 años con el programa “Buenos Días, Puerto Rico siempre”, el cual se transmite los sábados de 8:00 a 9:00 de la mañana por WLEO 1170 AM; además de producir bohemias.

“La única desgracia es que ahora mismo no hay trabajo para la clase actoral de Puerto Rico, pero tengo la esperanza que eso vuelva a pasar, no solamente para nosotros que tenemos tantos años de trabajo sino para la gente que está estudiando y quieren trabajar en este ambiente”, admitió al repasar su trayectoria de 55 años.

“Pronto vengo con un nuevo proyecto, pero después de tantos años de carrera, con el respeto que merecen nuestros compañeros artistas, ha sido bien beneficioso. Lo que le aconsejo a aquellos que se están levantando es que tengan fe en Dios que es el protagonista de todo”, concluyó.