Todavía recuerdo cuando Junior Ortiz era uno de los locutores estrellas de Alfa Rock (105.7 FM).

Su metal de voz y su estilo eran sinónimo de Alfa, así que, cuando se fue para Fidelity, me costó mucho trabajo identificarlo y ubicarlo dentro de un formato de baladas.

Por supuesto que ya me acostumbré porque ha llovido algo, y me parece que realiza una extraordinaria labor actualmente en Estereotempo 99.9 FM.

Claro, ahora no es Junior Ortiz al aire, sino Junior Celestino. Fue una buena estrategia variar el nombre. Nuevo formato, nuevo estilo, nuevo nombre.

El animador radial no llegó ayer a Estereotempo y no cabe la menor duda de que domina a la perfección el formato de esa emisora y, más importante aún, domina el flujo y la dinámica que permea en la misma. Es decir, que se escucha cómodo y en control.

Junior Celestino, además, ha sabido reinventarse y tomar nuevos rumbos que han trascendido la radio, lo que me parece fantástico también.

Siempre sintió un interés especial por el dibujo y su sueño se hizo realidad.

Es un excelente artista plástico y no puedo negar que me encantan sus dibujos sobre canvas.

Me cuentan que en varias ocasiones sus pinturas han sido exhibidas en el vestíbulo de Spanish Broadcasting System Puerto Rico (SBS-PR), propietaria de Estereotempo. Cuando eso ocurre, todo el que entra se detiene a admirarlas. Nada, que tan talentoso es detrás del micrófono, como con sus manos para la pintura. ¡Felicidades!

Vergonzoso por demás

Que manía de utilizar la radio para lanzar ataques personalistas que a la audiencia poco le importan.

Es vergonzoso ver cómo algunos locutores malgastan el tiempo al aire para emprender “peleas” contra otros colegas, en vez de producir contenido y presentar algo nuevo al público que los escucha.

¿No se darán cuenta de que, además de convertirse en unos “cambia-radio”, les están dando pauta a su adversario? Digo, esto último es su problema. 

(Ojo: dentro del argot radial, “cambia-radio” significa una personalidad que provoca que el radioescucha sintonice otra estación).

Lo que demuestran estos locutores y locutoras con esa actitud es mucha, pero que mucha falta de creatividad y, lo que es peor,  inseguridad. 

Ah, y cuando no son ataques contra otros colegas o medios, es que se remiten al contenido de los periódicos para hacer sus programas.  ¡Qué bonito!  

¿De quiénes hablo? Al que le caiga el sayo, que se lo ponga...