Es importante que el puertorriqueño se vea reflejado en la pantalla televisiva, pero la escasa programación local no determinará su identidad ni su transformación cultural.

El profesor José A. Rivera, de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, considera que la integración de programas enlatados con actores y contenidos de otras nacionalidades no juega un papel principal en la evolución cultural del boricua. El punto de vista de Rivera contrasta con el de los actores y productores Sunshine Logroño y Suzette Bacó, quienes coinciden en que es fundamental la presencia de la figura del boricua en programas dramáticos, cómicos y de variedades para sentirse identificado.

Estas perspectivas, que se produjeron por separado, se dan en el marco de las recientes cancelaciones de los programas ASF, Locas de atar y Flashazo VIP, de Univisión Puerto Rico, en el espacio de las 10:00 de la noche, que en julio lo ocupará la miniserie colombiana Correo de inocentes. Estos cambios pondrían en jaque la segunda temporada de la serie Papi en casa sobre una familia puertorriqueña.

“Ante el rechazo de los programas extranjeros, que se han dado en todas las épocas, la televisión no necesariamente transforma por sí sola a la cultura. Sí, todos los productos culturales abonan a que la percepción de nosotros se vaya transformando y siempre hay cambios porque la cultura no es estática”, expresó el profesor Rivera al señalar, a la vez, que es “necesario que, en este mundo globalizado, nuestras costumbres se vean reflejadas porque tenemos particularidades”.

Al estudioso le parece una exageración la premisa popular de que la cultura puertorriqueña está en peligro de extinción por la escasa programación local. “Esto de que nos invadan o que desaparezcamos me parece una exageración porque la esencia va a estar ahí. Lo que nos parezca adecuado lo integramos y lo que no, lo rechazamos de nuestras costumbres. Lo curioso es que estamos preocupados por la influencia hispana y no por la estadounidense. Nadie ha cuestionado que los programas estadounidenses, desde los 60, nos iban a transformar y contribuirían a dejar de ser puertorriqueños”, añadió el comunicador.

Por otro lado, la actriz Suzette Bacó señaló la importancia de la permanencia de la jerga, los problemas y la cotidianidad boricua en la pantalla chica. “Eventualmente, la gente no tendrá en dónde identificarse. Nadie se verá reflejado en circunstancias políticas y sociales. Si siguen los programas enlatados, se verán cosas de otros países”, comentó quien formó parte del cancelado programa Locas de atar.

El productor Sunshine Logroño cree que los espacios de otras nacionalidades deterioran nuestra cultura. “El puertorriqueño absorbe lo de afuera, si no, mira cuando se van dos semanas a España y llegan diciendo otras palabras. Es importante mantener y conservar nuestra cultura popular”, dijo.

¿DE QUÉ DEPENDE LA TELEVISIÓN LOCAL?

Los costos de producción, la falta del respaldo de los televidentes, la competencia con otros medios como la Internet, la ausencia de un sistema de exportación y el escaso apoyo del Gobierno, entre otros factores, inciden en las realizaciones de programas locales, expusieron.

“Vamos a empezar porque los dueños de los canales no son puertorriqueños; no tienen que ver con nuestra idiosincrasia. La programación se mide por dólares, qué me deja ganancia o no. Es así de simple. Esto es bien complejo porque los canales trabajan para los televisores encuestados que no necesariamente reflejan el sentir de todo el pueblo”, señaló Bacó al mencionar que para estimular la creación de programas debe haber una combinación entre el respaldo del público, la unidad entre los actores y técnicos, y leyes que fomenten su realización.

“Las producciones no se revenden. Lo de aquí, muere aquí. En los tiempos de las telenovelas hubo intentos de exportar, pero las distribuidoras mexicanas no le dieron paso a Puerto Rico. Esto está difícil porque los canales pertenecen a compañías extranjeras y quienes ven la programación son contables. Si tienes una lata que pueden repetir, sin la necesidad de hacer productos de aquí, prefieres la lata”, manifestó el productor de Sunshine remix y Pégate al mediodía.

Rivera coincidió con Bacó en que este negocio depende de los ratings, pero los productos locales lograrán su permanencia siempre que conserven su calidad en contenido y producción y tomen el “pulso de la audiencia”.

SE DIVERSIFICAN

El actor local ha aprendido a barajar diferentes opciones de trabajo en el campo del entretenimiento para el momento en que ocurran las inevitables cancelaciones de proyectos.

“Siempre trato de reinventarme. Recibo el insumo de personas de diferentes edades que voy integrando a mi equipo para saber lo que está pasando en la calle”, dijo Logroño, quien actualmente produce el programa Sabor a Wilo con el chef Wilo Benet, sin limitarse a la comedia que lo ha distinguido a lo largo de su carrera.

Por su parte, Bacó carga con los sombreros de actriz, productora, columnista y pronto se vinculará al mundo de la moda. “El actor no puede darse el lujo de sólo actuar. Siempre tienes que tener otras opciones. Lo aprendí hace tiempo”, comentó la gestora de la compañía Nueva Alternativa.