La vez que traté de ver Twilight
Lee cómo le fue a Mario la vez que trató de ver Twilight y ve Pa'l Cine.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Me siento como el último tipo en escuchar un chiste del cual ya todo el mundo se ha reído.
Como sabrán –y si no, bien por ustedes- esta semana llega a los cines la primera de dos partes (porque seguramente una no era suficiente para contener tanta pa$$$ión) de Breaking Dawn, capítulo final de la exitosísima Twilight Saga, serie cinematográfica que había estado ignorando por los pasados tres años y la semana pasada me cuasi obligaron a verla.
Sin embargo, tan pronto aparecieron los créditos finales de Twilight (2008) en pantalla, supe que eso era todo lo que iba a aguantar de esta multimillonaria franquicia. Lo siento. No soy y jamás he sido una adolescente de 14 años, por lo que me es imposible comprender cómo un romance tan insípido como el que supuestamente nace entre “Bella” y “Edward” ha sido capaz de transformar estas películas en un fenómeno mundial.
La cinta es risiblemente mala. La dirección de Catherine Hardwicke es terrible y el guión no puede ser descrito de otra forma que patético. Si el diálogo está extraído directamente de la novela de Stephenie Meyer, presumo que leer el texto debe ser una experiencia aún más accidentadamente cómica, pero no lo pienso averiguar. Existen límites a mi masoquismo. Estoy seguro que cuando escribió frases como “You’re like my own personal brand of heroin”, creyó que se escuchaba muy sexy. No lo es. Espero que esto no sea lo que las jovencitas de hoy quieran que sus pretendientes le susurren al oído.
Tanto Kristen Stewart como Robert Pattinson son actores decentes. Los he visto en buenos papeles a ambos y creo que no existe mayor ejemplo del asombroso dominio de sus destrezas histriónicas que el que puedan recitar los ridículos parlamentos del libreto sin reírse en todas las tomas. Sólo espero que ambos puedan deshacerse del estigma de esta saga y continuar sus carreras sin tener que ser “Bella” y “Edward” por el resto de sus vidas.
Tenía toda la intención de continuar viendo el resto de la saga (me dicen que New Moon y Eclipse mejoran un poquito, pero “un poquito” no es suficiente incentivo) e incluso pensaba ver la nueva en el cine, pero luego de esto sinceramente no hay NADA que me haga regresar a este universo de vampiros brillosos que caminan de día mientras practican la abstinencia sexual. No que haya algo malo con abstenerse sexualmente hasta el matrimonio, pero sí cuando se vende no muy subliminalmente como panfletearía mormona para el consumo en masa.
Twilight es una mala película. No es la PEOR película ni una de las PEORES en la historia del cine. Sólo es tan mala como la atención que se le preste, que como sabemos es mucha. Así que yo haré lo contrario y la ignoraré como he estado haciendo por estos últimos años.
P.D. Si por alguna casualidad algún fanático de Twilight lee esto y se ofende, pueden expresarse libremente en la sección de comentarios. No se preocupen que mi mamá está asegurada.