“Lakeview Terrace” se formó la tángana entre los vecinos

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
PUBLICIDAD
Protagonistas: Samuel L. Jackson, Patrick Wilson, Kerry Washington
Director: Neil LaBute
Pobres “Chris” y “Lisa”. Los recién casados llegaron a la urbanización “Lakeview Terrace” delirando de alegría tras comprar su primera casa. Allí, en su terruño de amor, soñaban con desarrollarse profesionalmente, comenzar una familia y vivir muchos años. Lamentablemente, nunca contaron con el vecino sociópata y racista que se encargaría de arruinarles sus planes.
La premisa serviría -quizá- para una entretenidísima comedia en la que los propietarios de ambas casas continúan tratando de hacerse la vida imposible mutuamente, hasta que ambos destruyen sus hogares, se reconcilian y aprenden a convivir en armonía. Pero no.
La cinta –que estrena hoy en la Isla es un drama, o por lo menos intenta serlo, hasta que la batalla campal entre los vecinos se torna absurda y sus personajes pasan de la seriedad a ser meras caricaturas de lo que fueron al principio de la película.
Samuel L. Jackson –en un máximo ejemplo de sobreactuación interpreta a “Abel Turner”, un policía negro de Los Ángeles que no puede lidiar con que sus nuevos vecinos sean una pareja interracial; “Chris” (Patrick Wilson) es blanco y “Lisa” (Kerry Washington) es negra. La razón para su prejuicio no se explica hasta casi el final del filme, pero no justifica sus acciones.
La relación de “Abel” con sus hijos es terrible, pero al igual que al libreto -escrito por David Loughery y Howard Korder- no le interesa explorar su trastorno racial, tampoco le importa desarrollar este aspecto de su vida. El espectador aguarda pacientemente por que la historia halle algún rumbo interesante, pero lo que recibe son dos horas de peleas, al principio comprensibles, luego ridículas, hasta llegar a un “candente” desenlace rodeado por las llamas de los fuegos forestales de California.
Por ejemplo: a la pareja le molesta la intensa luz que proviene de la casa de “Abel” y que alumbra directamente su dormitorio, y a “Abel” le desagradan las colillas de cigarrillo que “Chris” arroja en su patio. Sin embargo, las discusiones se van poniendo más y más estúpidas, en especial una escena con una épica lucha entre la sierra eléctrica de “Abel” y el palo de escoba de “Chris” que evoca la antigua batalla de los muñequitos de Disney entre el “Pato Donald” y “Neighbor Jones” en el clásico corto “The New Neighbor”.
Las actuaciones tampoco son nada de impresionantes. Wilson y Washington parecen estar al borde de la risa, en la mayoría de sus escenas, al recitar las terribles líneas que les provee el guión, mientras que Jackson se toma su papel tan en serio que jamás se puede aceptar la credibilidad de su personaje.
Antes de comprar su boleto para “Lakeview Terrace”, pregúntese lo siguiente: “¿En verdad quiero ver a unos vecinos peleando durante dos horas?”. Considérelo y luego decida.