Lillian Hurst sabe sacar partido a su raza

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
PUBLICIDAD
Ella vive en Hollywood hace 19 años, pero su apuesta para madurar la industria cinematográfica en Puerto Rico no es precisamente fijar la mirada en la meca del cine estadounidense.
Lillian Hurst, por el contrario, invita a mirar a Puerto Rico hacia adentro y exponer las historias que nos hacen pueblo.
“Hay tantas historias divinas, lo que hay es que adaptarlas a cine. El licenciado (Jorge L.) Chaar Cacho, de ‘Maldita sea la justicia’, tiene un cuento que se llama ‘Petra’, precioso, una mujer de Barrio Obrero, que para Alba Nydia sería divino”, manifiesta la experimentada actriz, a quien se le dedica, junto con el actor Efraín López Neris, la sexta edición del Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico Cinefiesta.
“Pienso que nos tenemos que poner las pilas, porque si Cuba se abre nos quedamos a la deriva, así que es el momento para que nos unamos a Cuba, o nos unamos a las demás Antillas, o nos unamos a lo que está pasando, pero no podemos dejar que nos hagan con el cine lo que nos hicieron con la televisión”, opina refiriéndose a la invasión de producciones foráneas en la pantalla chica.
Fue, precisamente, ese panorama negro que se planteaba para los artistas boricuas desde fines de la década de los 80 lo que movió a esta encantadora abuela de 65 años a exponer su talento en Los Ángeles, California, desde 1989.
Su decisión, cuenta, la consultó con Muñeca Géigel y tras conseguir el respaldo de sus dos hijos, Manolo Travieso y Joseamid Rivera, se marchó.
Desde entonces no ha parado de trabajar en series de televisión, comedias y cine, siendo de sus últimos trabajos sus apariciones en “Lost” de la cadena ABC.
“Lo primero que me hicieron ver era que yo era de color, me lo dijo una directora. Acá podía hacer todo tipo de papel, pero allá era étnica, era latina y me hicieron consciente de eso”, recuerda. Pero, lejos de tomarlo como una acción discriminatoria, Lillian Hurst lo aprovechó para delinear el tipo de personajes que le harían ganar su espacio.
“Era lo que yo tenía que desarrollar, iba a ser la mamá de los latinos, la mujer que aparece en las noticias, me gustaría hacer a Violeta Chamorro (ex presidenta de Nicaragua), no sé quién me va a dar ese papel, pero me fijo mucho en la mujer latina, qué hacen, cómo son. En la comedia americana yo sabía que iba a empezar, siendo una maid (sirvienta), y me dije: ‘Uhm, haciendo una maid es que yo puedo entrar’. Y aprendí tanto de la comedia americana”, afirma quien cada año visita la Isla como turista.
Lillian Hurst anhela volver a trabajar en el teatro nacional con la productora Lolyn Paz, abordar el tema de la salud mental en Puerto Rico desde algún género del arte y, finalmente, publicar su libro de anécdotas “Megahertz”, “porque todavía estoy transmitiendo con todos los kilovatios”, concluye con una carcajada entre labios.