El largometraje documental “Santiago de las mujeres” se exhibirá en las salas de Caribbean Cinemas desde el 22 de junio y ese mismo día estrena en Estados Unidos en el Philadelphia Latino Film Festival. El documental que hizo su estreno en el Festival de Cine Internacional de Puerto Rico a finales del año pasado, narra el drama cotidiano y la impresionante devoción de mujeres a la imagen de Santiago Apóstol en Loíza. Sus historias se entretejen con los elementos emblemáticos de las celebraciones en honor al “santo” como gesto que toma forma en la espiritualidad de todo un pueblo.

“Santiago de las Mujeres” nace de la inquietud por explorar temas relacionados a la religiosidad popular con un medio que pueda documentar los escenarios reales donde conviven los que mantienen viva la tradición a Santiago Apóstol. Sus personajes son gente sencilla, quienes nos enseñan a valorar la riqueza cultural de su región, la vitalidad y el entusiasmo de nuestra herencia afrocaribeña.

“Ha sido muy interesante la observación de dichas tradiciones desde una perspectiva menos antropológica y más estética, para lograr extraer los elementos que están en el corazón del pueblo y forman parte de su esencia,”, comenta Rosamary Berríos-Hernández, directora y productora del largometraje-documental.

La artista multimedios y catedrática en el Departamento de Comunicación Tele-Radial en la UPR-Arecibo, lleva más de 25 años trabajando con proyectos audiovisuales que incluyen la video instalación, el live cinema, el performance y el cine documental. Como una aportación de los nuevos medios, la propuesta narrativa y visual en “Santiago de las Mujeres”, trabaja con la ruptura del lenguaje audiovisual lineal con pequeñas pinceladas entre los límites de lo documental y la ficción. Esta narrativa ofrece al espectador una participación activa y requiere de la interpretación de los acontecimientos por asociaciones de los eventos sucesivos que se van compaginando. Un lenguaje cinematográfico con estas características, en este documental implicó una factura de la imagen casi artesanal. De esta manera, con sus elementos espaciales y textuales, este documental quiere revelar algo de la función social y cultural de estos ritos.

El documental tuvo un largo proceso de 8 años de producción y posproducción. Cuando a finales del 2016 se comenzó la posproducción, no imaginaron que estaría casi detenido por los acontecimientos que afectaron a la isla a partir del 2017. El apoyo y el compromiso con la comunidad fue determinante para completar el proyecto.

En el equipo de producción destacan el lente femenino de Idalise Delgado y Cheery Viruet en la dirección fotográfica, y las improvisaciones femeninas de Tanicha López, Adriana Muller y Tanya Aponte. La composición musical es de Roig Berríos junto a músicos loiceños. La posproducción estuvo a cargo de Juan P. Soto Adames, experimentado editor de televisión, publicidad y cine en Puerto Rico.