El término lujo es “raro”, dice el puertorriqueño Luis D. Ortiz, quien ganó popularidad como agente de bienes raíces de propiedades lujosas en Nueva York, y el último año lo dedicó a viajar el mundo como uno de los tres anfitriones del nuevo programa de Netflix, “Amazing Vacation Rentals”.

Él, precisamente, representa la alternativa de hospedajes del lujo dentro de la producción que estrenó el 18 de junio, y que además presenta a la audiencia internacional opciones únicas y económicas en voz de sus compañeras en la conducción, Jo Franco y Megan Batoon, respectivamente.

Con ese bagaje a sus 34 años, el extalento de “Million Dollar Listing Nueva York” (Bravo) ha cambiado su perspectiva sobre lo que es el lujo, y aunque no le resta méritos a lo que realmente puede ser una opulencia, él lo traduce en libertad. Y eso es algo sumamente valioso para alguien que se graduó de un colegio en Guaynabo y, en contra de la voluntad de sus padres, decidió abrirse un camino propio en Estados Unidos teniendo a su hermano gemelo como aliado.

“Libertad para mí no significa solamente ser libre en una sociedad, libertad para mí es erradicar todas estas cosas que te impusieron de pequeño y poder sentirte libre con lo que eres y lo que piensas”, dijo el pasado viernes desde la casa en México que rentó hace un par de semanas y es su hogar más reciente. Probablemente hoy esté en otro país, en otro nuevo hogar que acoja su esencia nómada. Luis no tiene una propiedad, él prefiere moverse de un lugar a otro, tan así que en un año viviendo en la Gran Manzana llegó a rentar 13 apartamentos.

“Estoy del lado de lo que tenga intención, de lo que se haga con propósito, de todo lo que se haga con autenticidad. Yo represento lujo en términos de mercado; yo comprendo la arquitectura lujosa, entiendo superbien la clientela, las propiedades y las localizaciones lujosas, pero personalmente cuando voy a estos viajes, creo que las lujosas son las menos que me gustan, porque son las más a las que estoy expuesto”, sostuvo con una imagen casual y relajada al otro lado del monitor.

Luis salió junto al equipo de producción de Netflix en enero del 2020, y básicamente estuvo viajando a múltiples destinos por un año. Realizaron una pausa cuando se declaró la pandemia en marzo del mismo año, y eventualmente, con un personal dedicado exclusivamente a cuidar de los protocolos de salubridad, retomaron la ruta. Visitaron Bali, en Indonesia, Japón, Hawaii, Alaska, Montana, México, entre otros, y en cada una de las paradas, mostraban tres alojamientos con una belleza particular, incluidas curiosidades como casas en árboles, complejo de hotel y vivienda en forma de serpiente, o un apartamento en el interior de una cueva.

Visitaron un complejo de apartamentos en México diseñado en forma de serpiente.
Visitaron un complejo de apartamentos en México diseñado en forma de serpiente. (Suministrada)

Él los disfrutó, pero mucho más la visita a Alaska, isla privada en Bahamas y Japón, especialmente por un lugar de comida reseñado en el episodio “Gourmet Stays”.

“Es un trabajo de ensueño, porque estás viajando el mundo, pero creo que es lo más difícil que he hecho en mi vida”, afirmó. “Es demasiada estamina porque se ve lindo y es bien lindo ver cosas, pero hay tanto que grabar, hay que seguir un itinerario, todo está organizado orgánicamente, pero mañana tenemos que estar en Tailandia y si perdemos Tailandia, perdemos el próximo, así que hay que producir esto bastante bien, pero básicamente es lo que hacía en mi vida, que era cine, real estate y después me fui a viajar el mundo a ver diferentes casas; entonces después me conectaron con esta persona que está haciendo este show y ahora estoy viajando el mundo, contando historias, quedándome en diferentes casas y conociendo y creciendo”.

Además de alojamientos lujosos, el programa presenta destinos que brindan experiencias únicas y otros económicos.
Además de alojamientos lujosos, el programa presenta destinos que brindan experiencias únicas y otros económicos. (Suministrada)

El programa, producido por los mismos creadores de los reality shows “The Real World” y “Home Extreme Makeover”, está entre el Top 10 de Netflix en Estados Unidos y otros mercados internacionales. El éxito que siga teniendo determinará la realización de una segunda temporada. Comentó que originalmente el concepto se pensó con dos presentadores, pero al ver la dinámica entre los tres, prefirieron dejarlos juntos.

“Yo conocí a Megan y conocí a Jo. Nosotros viajamos el año entero, y son tremendas personas”, comentó.

Luis ha visto a través del tiempo cómo ha cambiado el mercado de viajes y turismo a partir del surgimiento de plataformas como AirBnb.

“La gente antes pensaba en el destino primero. Ahora la gente va a la casa, porque hay casas tan increíbles, tan lindas y de todos los precios. Te puedes quedar en una papa majada -eso existe, afirmó-, te puedas quedar en serpientes, como se ve en el show, hay de todo. Entonces, ahora la gente ve una casa increíble y dice, ´Ok, dónde es, pues vámonos para Sri Lanka”.

Para él, la oportunidad de viajar a distintas partes del mundo -y aún tiene muchos lugares por visitar-, ha sido la mejor educación que haya podido tener. “Todo lo que aprendí en mi vida: mi forma de ver las cosas, sensibilidades, todo, ha sido en los viajes y no ha sido nada en la escuela. La escuela te enseña ciertas cosas, pero honestamente no tengo muchos recuerdos de escuela, porque no se quedaron aquí (cabeza)”, expuso.

La buena química entre Luis D. Ortiz y las anfitrionas Jo Franco y Megan Batoon es uno de los valores del show.
La buena química entre Luis D. Ortiz y las anfitrionas Jo Franco y Megan Batoon es uno de los valores del show. (Suministrada)

Su vida es una película en producción

El arte del cine es la pasión primaria de este boricua, nacido en San Juan y criado en Guaynabo, amante tanto de la costa como del campo. Emigró a Estados Unidos con la idea de crear para la pantalla grande. Dirigió la película “Amalia” (2007), luego hizo otro proyecto que le disgustó y decidió tomar la sugerencia de un amigo para que explorara el campo de bienes raíces.

Pero no todo fue tan fascinante. Tuvo múltiples trabajos para sostenerse, incluyendo de limpieza en una escuela. “Cuando cerraban la escuela, yo iba y limpiaba las oficinas de la facultad y los pasillos y los baños, y pagaban bien para ese tiempo”, recordó el padre de una niña, de dos años.

El concepto de “casa” y cómo ha evolucionado, lo cautivó. Trabajó por 12 años como corredor, incluyendo las cinco temporadas de “Million Dollar Listing New York”. “A medida de que tienes plataformas que te dan acceso a millones de hogares personales y hay una plataforma que le da credibilidad a estas cosas por reviews, te das cuenta que, por ejemplo, el sueño americano era trabajar y comprarte tu casa. Eso siempre fue abstracto, fue una idea que motivó a gente y la gente siguió evolucionándola, y la gente mucho más joven no está pensando en comprar casa, sino están pensando en experiencias”.

Lo que está viviendo en el plano profesional y personal -incluido el señalamiento de violencia doméstica por parte de su expareja, y de lo que prefirió no hacer comentarios- lo visualiza como una película en producción.

“El cine está pasando. La vida es cine. Ahora el final del día es diferente, pero cuento una historia. Ahora mismo me doy cuenta de que hay una narrativa creándose. Y esta película no termina”.