Robert Mulligan, director del clásico "Matar un ruiseñor", falleció. Tenía 83 años.

Mulligan murió la madrugada del sábado en su casa en Lyme, Connecticut, tras una batalla con una enfermedad cardiaca, dijo el lunes su esposa, Sandy Mulligan.

El cineasta fue nominado a un Oscar por "Matar un ruiseñor", adaptación de la novela homónima de Harper Lee ganadora de un premio Pulitzer.

El filme de 1962, protagonizado por Gregory Peck, abordaba con sensibilidad el racismo en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos. Con su interpretación de Atticus Finch, el abogado que defiende a un negro acusado injustamente de violación, Peck obtuvo el Premio de la Academia al mejor actor.

La trama se desarrolla desde el punto de vista de la hija de Atticus, Scout, memorablemente interpretada por Mary Badham. Phillip Alford hace el papel de su hijo Jem.

El New York Times escribió que la primera secuencia del filme "logra mostrar de manera fascinante el entusiasmo y emoción de ser un niño".

Mulligan también fue conocido como el director de la primera película de Reese Witherspoon, "The Man in the Moon" (El hombre de la luna), de 1991. El drama familiar, su último filme, le dio a Witherspoon notoriedad como la más joven de dos hermanas que lidian con su primer amor.

Sus créditos también incluyen "Fear Strikes Out" (1957) con Anthony Perkins como el pelotero aquejado de problemas Jim Piersall; "Verano del 42" (1971) con Gary Grimes y Jennifer O’Neill, y "The Other" (1972), una exitosa cinta de terror.

Antes de dedicarse al cine Mulligan se forjó una sólida carrera como director de televisión a través de series dramáticas como "The Philco Television Playhouse" y "The Alcoa Hour".

Pero su trabajo más conocido fue "Matar un ruiseñor". En el 2003, el Instituto de Cine Estadounidense (AFI, según sus siglas en inglés) emitió una lista con los máximos héroes de la historia del cine y colocó a Atticus Finch como el No. 1.

"El gran riesgo de hacer una película de ’Matar un ruiseñor’ está en pensar que esta es una oportunidad de saltar a la tribuna improvisada de la segregación-integración", dijo Mulligan al New York Times en 1961, cuando la producción estaba en sus etapas iniciales. "El libro no incluye discursos. No es melodramático".

La familia preparaba los arreglos funerarios, indicó la esposa de Mulligan.