Esta semana llega a las salas de cine la nueva cinta del director Ridley Scott, una épica histórica que relata la ascensión y momentos importantes en la vida del emperador francés Napoleón Bonaparte, incluyendo los múltiples conflictos en su relación con su esposa, Josefina de Beauharnais.

Scott no decepciona al hacerte sentir que estás presenciando un filme magistral en gran escala con su excelente dirección, cinematografía, iluminación y los diseños de vestuarios y sets. Las localizaciones de filmación en Napoleon te dejarán con la boca abierta y las escenas de guerra son simplemente un espectáculo. Solo asistir para no perderse las batallas en la pantalla grande vale el boleto. Son de “ver para creer”. Las secuencias proyectan emoción, peligro y valentía en todo el sentido de la palabra y te harán sentir como si estuvieses junto a esos soldados, a punto de agarrar una espada para entrar al campo de batalla con ellos.

Estos elementos casi me motivan a decir que Napoleon es una buena película. Pero la realidad es que carece de las respuestas a múltiples preguntas y hace un pobre trabajo en adentrarnos en la mente de este conquistador. El libreto y la historia no aprovechan el poco tiempo que tienen para ofrecernos un relato completo que al menos provea un ángulo que haga de Bonaparte un personaje identificable para las audiencias o que puedan entender. Tal vez el equipo creativo se hubiese beneficiado con más efectividad de una serie limitada para explorar todos los detalles y sucesos importantes.

En todo caso, si este personaje fuese imposible de admirar por medio de su personalidad o de sus características emocionales, esto nos llevaría a explorar la famosa mente estratega de este líder militar francés y sus múltiples hazañas durante la Revolución Francesa y luego como rey. Pero el filme no pasa el trabajo de explicarnos en detalle cómo funciona este lado tan interesante de su mente. Tan solo lo tocan de manera superficial y nos dejan todos los planes de guerra a nuestra imaginación. Esto, menosprecia una de las razones por la cual Napoleón se convirtió en una de las figuras más importantes en la historia de Francia y Europa.

El libreto también tiene una mala costumbre de darle ciertas líneas a los personajes con una tonalidad cómica, algo que puede ser distractor y nos saca de la historia pues se siente fuera de lugar.

Sin embargo, las actuaciones en Napoleon son estelares: Joaquin Phoenix hace excelente trabajo interpretando a Bonaparte, como era de esperarse, y Vanessa Kirby se destaca muy bien como Josefina. En algún momento durante el principio de la película pensé que iban a hacer al personaje de Kirby un digno adversario para Bonaparte y así crear esta dinámica interesante de dos personas en una lucha por poder en la relación pero lamentablemente esa idea muere poco después y Josefina se convierte en solo otra víctima.

No puedo decir que no vale la pena ver esta cinta en cines totalmente. Tiene varios aspectos que vale la pena ver en pantalla grande a pesar de sus problemas. Así que te invito a que no pierdas la oportunidad de verla para que formes tus propias opiniones acerca de ella, las cuales pueden ser distintas a las mías pero nunca menos considerables.