Si se hubiera dejado llevar por los consejos de sus profesores de baile, quizás Javier “Poty” Castillo, coreógrafo del reality show ¡Mira quién baila!, de Univisión, hubiera desistido de la idea de llegar a ser un bailarín profesional y seguiría en la milicia, pero su perseverancia pudo más.

“Desde que yo estaba en el Army, yo sabía que quería ser bailarín, pero mis profesores me decían que tenía buen físico, pero que no pensara en el baile como algo profesional porque ya tenía unos añitos”, confesó el coreógrafo nacido en España.

Para Poty, quien ha trabajado con grandes artistas como Enrique Iglesias y Mariah Carey, sus profesores se equivocaron en sus predicciones porque hoy día ha demostrado que una de sus grandes virtudes fue la perseverancia.

“A mí me fascina mi trabajo, eso la gente lo puede ver a través de la televisión. Ése soy yo, así mismo soy en la calle”, aseguró.

Toma clases de inglés

El virtuoso bailarín, quien dejó España hace unos años para trabajar en Estados Unidos, siente que tomó la decisión correcta al lanzarse a trabajar en un mercado sin dominar el idioma inglés.

“Yo sabía muy poco del idioma, pero ahora mismo tengo una profesora de inglés extraordinaria que es una gringa que se muere de la risa conmigo. Yo hablo hasta por los codos, como dice mi mamá, pero tengo que aprenderlo para mi mejor funcionamiento como persona y profesional”, explicó el hombre de 50 años.

No apoya las controversias

Sobre el revolú que formó Stephanie Salas la pasada semana, cuando rechazó bailar un tema cantado por Luis Miguel, el coreógrafo asegura que el programa no necesita de los escándalos para ganar audiencia.

“El programa en España sacó buenos números sin controversias porque esto es un programa familiar. Entiendo que la controversia no debe existir. La selección del tema fue de forma aleatoria y no fue nada intencional”.

Habla de Stephanie Salas

Cuando Stephanie Salas se molestó al saber que tenía que bailar un bolero de su ex y padre de su hija, Luis Miguel, Salas consiguió que la producción la complaciera y cambiaran la canción para su tranquilidad mental, acción que nunca se había visto en ninguna edición de ¡Mira quién baila!.

“Yo te digo sinceramente que no sé de dónde salió la tontería de ella de no querer bailar la canción. Desde el principio, yo no estuve de acuerdo con que le cambiaran la canción porque eso pudiera sentar un precedente. Se vio en el programa que nunca estuve de acuerdo con eso, pero su oficina dialogó con la producción y fueron ellos los que tomaron la decisión. Nadie pretendía hacerle daño con una canción, a mí me pareció una mamarrachada (ridiculez) porque hay que aceptar las reglas del concurso como son”, expresó.

No lo veremos bailar

Para los que se preguntan si en algún momento de la competencia veremos a Poty menear las caderas, el bailarín dijo que “yo he bailado mucho ya, no estoy nada mal, pero creo que los que tienen que bailar son ellos , aunque yo me paso toda la semana bailando”.

Por otro lado, Poty entiende que, de todos los competidores, el que más le ha sorprendido ha sido Blue Demon, Jr., porque lo describe como un ser con una sensibilidad extraordinaria y que para ser un luchador no baila nada mal.