No es lo mismo tener una ciudadanía estadounidense que sentirse “americano”. Tampoco ser parte de la nación estadounidense significa que, como país, no existe una voz propia. Una cosa es la ciudadanía y otra muy distinta es la nacionalidad.

Este asunto, que persigue a los puertorriqueños por la situación política de la Isla como colonia o territorio de Estados Unidos, formó parte del análisis del foro Puerto Rico, ¿un Óscar a la indiscriminación?, que se llevó a cabo ayer en la sala José Luis González de la biblioteca de la Universidad del Turabo, en Caguas.

La actividad, organizada por Ángel Vázquez, director de actividades sociales y culturales de la institución, sirvió para contextualizar y poner en perspectiva cuáles son las repercusiones de la decisión de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos de excluir a Puerto Rico de la categoría de mejor película en lengua extranjera de los premios Óscar. Después de una revisión a su reglamento –realizada el año pasado–, la Academia decidió que, debido a la situación política de Puerto Rico, las producciones boricuas competirán con los proyectos estadounidenses en las demás categorías, según una comunicación enviada a la Corporación de Cine de Puerto Rico.

El panel, moderado por Glorimar Marrero, estuvo integrado por el cineasta Jacobo Morales, la directora Sonia Fritz, el productor Marcos Zurinaga y la actriz Lymari Nadal. Entre el público se encontraban la productora Blanca Eró, el director Diego de la Texera, el profesor Ramón Almodóvar y la cineasta Carla Cavina.

“¿Lo que significa entrar a la categoría? Esto tiene que ver con dos cosas: una es que estarían descualificando de un plumazo a Puerto Rico como una nación que tiene voz propia. Nuestro cine, aunque no es voluminoso, refleja una visión puertorriqueña, muy diferente a la mexicana, española, italiana, francesa. Esa cosmovisión no debe ser descartada porque unos ejecutivos pensaron que Puerto Rico no merece ser reconocido como país o nación”, argumentó el productor y director Marcos Zurinaga.

“La segunda es que si podemos utilizar esa plataforma para mostrar nuestro cine y que otra gente pueda saber de nosotros, mejor”, agregó Zurinaga, pieza clave en esta discusión porque es el director del filme La gran fiesta, que abrió la puerta para que la Isla se integrara al renglón de película de lengua extranjera.

En 1986, Zurinaga fue uno de los que argumentó que a la Isla le correspondía un espacio en esta categoría. En ese momento, tras establecer que “nos estaban castigando por tener una ciudadanía americana, que no define nuestra nacionalidad”, la Academia aprobó la integración de la Isla en ese renglón, no obstante, como la contestación se produjo un mes después del anuncio de los nominados, La gran fiesta no pudo ser considerada. Esta gestión dio paso a la nominación de la película Lo que le pasó a Santiago (1989), del director Jacobo Morales.

“Contribuye a demostrar la capacidad de los técnicos y los artistas. La nominación propició ventas y negocios, como en Japón y países africanos y europeos, pero nunca se concretaron ventas en Estados Unidos. Sirve para proyectar, pero no necesariamente garantiza algo. Hay que ver más allá de Hollywood, porque una vez pasa el momento y emprendes otro proyecto hay que continuar el repechaje”, dijo el cineasta Jacobo Morales.

El director Diego de la Texera coincidió con Morales sobre que hay que “mirar para el sur en vez de para el norte” y recomendó a enviar los trabajos a festivales europeos y latinoamericanos.

El profesor Ramón Almodóvar subrayó el silencio de la Corporación de Cine sobre la notificación de la Academia que ocurrió el año pasado. Los panelistas coincidieron en que, de haber sabido la decisión de la entidad privada el año pasado, hubiesen tomado acción inmediatamente.

La directora Sonia Fritz dijo que a modo de protesta envió el filme América a la Academia. “No me devolvieron la copia subtitulada, así que veremos. Es importante tomar acción para el futuro del cine”, dijo la cineasta, quien instó a la gente a visitar la página www.change.org/petitions, en que se exige la reintegración de la Isla a la categoría.

La actriz Lymari Nadal (América) lamentó que no se supiera sobre la exclusión con antelación. Añadió que miembros de la Academia, como Benicio del Toro y su esposo Edward James Olmos, harán eco sobre este asunto. “Siento que nos están aplastando y menospreciando”, dijo.