“Quantum of Solace” misión: venganza

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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“Bond, James Bond”. Con la simple mención de su nombre, los cinéfilos ya saben qué esperar en la pantalla grande. Hace dos años, la estupenda “Casino Royale” redefinió la serie del agente 007 y hoy, con el estreno de “Quantum of Solace”, queda constatado que el cambio fue para bien con una de las mejores ofertas de acción del año.
Conste que dije “una de las mejores ofertas de acción”, no necesariamente una de las mejores entregas de “James Bond”, ya que en esta ocasión el archifamoso personaje queda opacado detrás de todas las persecuciones, tiroteos y explosiones que constituyen el mayor atractivo del nuevo filme.
El director Marc Forster (“Monster's Ball”, “The Kite Runner”) toma las riendas de ésta, la primera secuela en la historia de la exitosa franquicia cinematográfica y le inyecta una sustancial dosis de adrenalina desde la primera escena. Sea por mar, cielo o tierra, la acción rara vez se detiene para darle espacio al desarrollo de la historia, algo que apelará a quienes disfrutan de las secuencias cargadas de energía cinética, pero quizá defraude a aquellos que esperaban que el filme fuese “Casino Royale 2”.
Para verdaderamente apreciar los aciertos del largometraje hay que tener siempre en mente los eventos de “Casino Royale”, que es donde se encuentra el grueso de la historia. Vistas como dos mitades de un mismo entero, ambas cintas se complementan favorablemente: la primera con un formidable desarrollo de sus personajes principales; la segunda, una gigantesca montaña rusa de emociones de la cual no nos queremos bajar.
La película arranca minutos después de la conclusión de su predecesora. “Bond” –interpretado una vez más por Daniel Craig- acaba de capturar a un miembro de la organización secreta “Quantum”, encargada de sobornar y provocar la muerte de su amada, “Vesper Lynd”. Motivado por una insaciable sed de venganza, el espía británico está dispuesto a todo con tal de hallar al cabecilla del organismo criminal.
El pecado principal de este largometraje es su pobre libreto. Luego de la desbordante exposición que se le dio a “Bond” en “Casino Royale”, los escritores no se molestaron en profundizar en la psiquis del personaje e indagar en el dolor que lo agobia. En su lugar, el guión transforma al espía en una simple máquina de venganza a la vez que busca emular el éxito de la trilogía de “Jason Bourne”, copiando parte de su fórmula.
Sin embargo, estas fallas no son suficientes como para restarle mérito al resto de la producción. En su primer acercamiento al género de acción, Forster demuestra con su dirección, no sólo que es uno de los cineastas más plurales de la actualidad, sino también que tiene un completo dominio de sus destrezas para proveerles a los espectadores un excitante rato en el cine. Mientras, la actuación de Craig continúa siendo la mejor interpretación de “Bond” desde que Sean Connery encarnó el papel.
Sí, efectivamente: el papel de “Bond” queda relegado a un segundo plano y aquéllos de nosotros que queríamos conocerlo más a fondo tendremos que esperar a la próxima secuela. Pero aun así, observarlo llevar a cabo su vendetta no deja de ser una magnífica forma de distraerse durante el fin de semana.
Alexis Sebastián Méndez / Para Primera Hora
Cuando estrenó “Casino Royale”, sentí que la franquicia de “James Bond” había traicionado a sus fanáticos. No había ingeniosos artefactos tecnológicos, desaparecieron personajes de toque humorístico como la coqueta secreataria “Moneypenny” y el inventor “Q”, y el tono se había vuelto más violento, sustituyendo la usual astucia del “007” por la rudeza del tradicional héroe de acción.
Lamento decir que “Quantum of Solace” sigue los pasos en dirección de alejarse de los elementos que identifican a esta popular serie de cine. Para los fanáticos verdaderos, bastará con que les informe esto: “James Bond” jamás dice “My name is Bond… James Bond”, destruyendo así la divertida tradición de aplaudir en sala cuando comparte esta oración, con la arrogancia de quien sabe que es una estrella del espionaje.
“Quantum of Solace” arranca donde terminó “Casino Royale”, creando un verdadero sentido de secuela (en la serie, con excepción de algunos incidentes tales como el asesinato de la esposa de “Bond”, no existe relevancia en el orden y todas solían funcionar como aventuras independientes). El espía está vengando la muerte de su novia, brindando pretextos para su violencia continua y hasta indiscriminada, un abuso de su licencia para matar.
Algunos aspectos característicos de la serie se conservan, tales como el uso de diferentes localidades alrededor del mundo. Pero las escenas de acción son un verdadero desaire. Hay una persecución en lancha sin nada interesante fuera de ruido y explosiones y otra en carro que, más que excitante, resulta confusa por la velocidad de la edición y la poca distinción entre los vehículos participantes. También hay otra escena en la que “Bond” pilota un avión y es atacado por otras naves. En fin, mera rutina sin nada nuevo para ofrecer.
La única escena de acción que está a la altura de la serie es una persecución por azoteas, que culmina con una confrontación en un andamio y una tensa lucha por alcanzar el arma. Fuera de eso, no hay nada especial que ofrecer. La chica del héroe es atractiva sin ser sexy, no existe un asesino que sea reto para “Bond” y el villano no merece estar en el panteón de la serie. Hasta el plan es aburrido y trillado (un defensor del medio ambiente quiere controlar el agua de una región).
Hay quienes abrazan el nuevo concepto de “Bond” y para ellos, bueno, esta película posiblemente les resultará satisfactoria. Quienes disfrutaban, como yo, del balance de humor y acción de la serie, sus elementos de elegancia y sensualidad, así como su tecnología fantasiosa y situaciones increíbles, lamentarán el deceso del “James Bond” que amábamos y su inexplicable conversión en otra serie de acción común y corriente.