“Sex Drive” todo por la primera vez

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Protagonistas: Josh Zuckerman, Amanda Crew, Clark Duke, Seth Green, Katrina Bowden
Director: Sean Anders
Si hay algo que une la generación actual a la previa –por lo menos si comparamos las comedias juveniles contemporáneas con las de los 80– es la obsesión con la pérdida de la virginidad. Bien sea “Pee Wee” en “Porky’s” o “Jim” en “American Pie”, el deseo de la experiencia sexual es una justificación válida para las medidas más extremas.
Ahora le corresponde a “Ian” en “Sex Drive”, una especie de mezcla de “Road Trip”, “Eurotrip”, “Superbad” y montones de otros filmes sobre adolescentes deseosos de sexo. De nuevo, la temática y tono no se alejan mucho de las comedias juveniles de los 80, pero la tecnología ha cambiado.
En este caso, me refiero al uso de la Internet como mecanismo para confusiones y oportunidades amorosas.
Fuera de eso, el argumento es una repetición de otros conocidos.
“Ian” conoce a una chica por Internet y, por supuesto, le miente sobre sus atributos físicos (es un mequetrefe pero se pinta como futbolista). Cuando la misteriosa mujer le invita para una aparente noche de placer, “Ian” se encuentra en un dilema, pero su mejor amigo le convence que no importa si su físico decepciona siempre y cuando llegue en un buen carro. Ahí es que deciden llevarse el carro del pesado hermano de “Ian”.
Hasta el momento, los elementos ya están establecidos: el amigo gracioso, el hermano mayor que es un pesado, el carro robado. También se encuentra la mejor amiga de “Ian”, que como puede anticipar, está enamorada de él, pero accede a ayudarle en su aventura.
Todo esto es un pretexto para diversas aventuras, algunas inesperadas dentro de este tipo de filme (como su encuentro con los “amish”, en donde se luce Seth Green, el hijo de “Dr. Evil” en las cintas de “Austin Powers”), y otras obligatorias (como un incidente con la policía, uno de los momentos más graciosos del filme).
Los personajes son simpáticos y, aunque no es constante, hay muchos momentos de risa. Lo que falta es originalidad. Hay cosas que han cambiado poco entre generaciones, y no se limita al empuje sexual, sino también a las comedias juveniles.