A sus 12 años, un accidente automovilístico la privó de la vista. Asimilar su nueva realidad y sobrellevar los retos que comenzaban a presentarse en su camino delineó el porvenir al que eventualmente fue adaptándose con el apoyo de sus padres y otros profesionales.

Rechaza que la miren con lástima. “No me siento triste por estar ciega. Ese es el menor de mis problemas. Ser ciega no te impide hacer cosas. Mis logros son por encontrar las herramientas para lograr aquello que me interesa. Eso lo pueden lograr muchas personas”, expresó con determinación Shalmarie Arroyo, moderadora del espacio radial Realidad desconocida, y del mismo modo aclara que no le agrada que la describan como “no vidente” ya que entiende que esta descripción aplica a “quien no tiene una visión en la vida, aunque no sea por razones físicas”.

Sus labores en el programa de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública, que se transmite en vivo cada miércoles a las 2:00 p.m. por WIPR 940 AM, comenzó en diciembre de 2020. Si bien valora toda información que comparte a través de sus testimonios e invitados, reflexiona que falta mucho por enseñar no solo para guiar a una población en desventaja, que por experiencia entiende que pasa inadvertida para muchos, sino también para educar a ese otro público que ignora sobre sus intereses o necesidades.

“El formato es tipo revista”, dijo sobre el espacio de una hora. “Tenemos invitados de diferentes organizaciones, agencias. A veces traigo también testimonios de personas. Me gusta combinar ambos”, describió. “Me gusta poder representar a una población que muchas veces no es tan visible, y que cuando lo es, es usualmente para presentar alguna problemática o presentar una historia de éxito pero muchas veces de una manera que no necesariamente es la mejor, que no es la manera en que quizás las personas con discapacidad quisiéramos que nos presentaran”, añadió pensativa la egresada de comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, quien tiene una maestría en relaciones públicas de la Universidad de Boston.

“Para mí significa la oportunidad de darle una perspectiva positiva de lo que significa la discapacidad, de dejarles entender que es difícil, tiene muchos retos, sí, para las personas y su familia, pero no significa que es imposible y que por eso van a ser menos y no van a poder lograr todo lo que se propongan”, destacó la locutora natural de Toa Alta, quien repasó el momento del accidente que cambió su vida.

La maternidad le presentó con una serie de interrogantes sobre su capacidad de ser madre, pero gracias a su red de apoyo cría felizmente a su hija Emily Sofía, próxima a cumplir tres años.
La maternidad le presentó con una serie de interrogantes sobre su capacidad de ser madre, pero gracias a su red de apoyo cría felizmente a su hija Emily Sofía, próxima a cumplir tres años. (Pablo Martínez)

“Una persona que me iba a buscar a la escuela a veces para llevarme al trabajo de mi mamá chocó la guagua (minivan) contra un camión que estaba estacionado en un paseo. Nunca se supo muy bien qué pasó, pero parece que él iba a exceso de velocidad”, afirmó sobre la experiencia, y añadió que se encontraba en el centro de la segunda fila de asiento, sin el cinturón de seguridad puesto, cuando de golpe chocó su rostro contra el cristal delantero, que se rompió.

“Me fracturé la nariz, los pómulos, la mandíbula. Los ojos prácticamente estaban destrozados. También tuve una fractura en el fémur”, recordó la locutora de 27 años. “Obviamente lloré cuando me dijeron ‘vas a estar ciega’, que los doctores dijeron que no iba a haber opción de que yo viera algún día. Lloré”.

Pero el apoyo de sus padres la infundió de determinación para superarse. “Mi mamá, desde que estaba en el hospital, me decía, ‘tú tienes dos opciones, o nos levantamos y te vamos a ayudar tus papás y tu familia a seguir hacia delante, a buscar opciones para que sigas tu vida, o en algún momento te vas a levantar cuando tú decidas, y buscamos opciones y sigues tu vida’. Me río porque ella solo me dio opciones de ahora, o para horita, pero ‘te tienes que levantar’ ”, manifestó con orgullo.

“La verdad que por mucho tiempo seguí mi vida hacia adelante. Mis papás cumplieron su promesa de buscar todos los recursos. Me encontré con una federación que me salvó la vida, que es la National Federation of the Blind. Ellos tienen una filosofía bien positiva sobre la ceguera, que es casi mi filosofía de vida. La ceguera es una característica, no define quién tú eres ni lo que puedes lograr. Si tienes unas destrezas, unas herramientas y oportunidades, puedes alcanzar lo que sea”.

Shalmarie confesó que fue más bien al iniciar la adultez que experimentó cierto resentimiento por su discapacidad.

“Ahí fue que me molesté mucho. Ahí fue que me enfogoné mucho. Ese fue mi proceso de negación, de frustración”, reveló. “Muchas amigas empezaron a sacar la licencia (de conducir). Todo el mundo se iba a janguear solo”, dijo entre risas, y aclaró que aunque sus padres le concedían un alto grado de libertad en sus intereses, esta frustración la impulsó a buscar un mayor nivel de independencia a sus 22 años.

“Fui a entrenar en Luisiana y aprender bien cómo se usaba el bastón y cómo usar mis oídos para caminar sola”, destacó la también madre de la risueña Emily Sofía, quien cumplirá tres años en septiembre, y a quien se ha encargado de inculcarle el valor de ser empática hacia las personas con diversidad funcional.

La experiencia de ser madre también le trajo incertidumbres y dudas, pero una vez más comprobó que con determinación puede lograr mucho.

“En el embarazo la gente empieza a preguntar cómo la vas a bañar, darle comida, saber si le pasa algo. Eso me empezó a crear dudas”, expuso pensativa e hizo referencia al apoyo de familiares para salir airosa al estrenarse en la maternidad.

“Como toda mi familia estaba cerca, siempre estaba pendiente. Tenía ayuda de una tía para bañarla cuando recién nacida. Hasta que fui aprendiendo”, valoró la comunicadora, quien también resaltó el apoyo de su pareja y padre de la menor, Saúl Vélez, con quien sostiene una relación de casi ocho años.

Para concluir, Shalmarie reiteró la importancia de toda persona a buscar guía en el camino para lograr una independencia más allá de su discapacidad.

“Mi filosofía, que trato de presentarle a la gente, es que si tú aceptas tu discapacidad desde temprano, que es muy importante para buscar ayuda, y buscas gente que tenga una filosofía positiva, que te pueda dar terapia, que te pueda dar vida independiente dependiendo de la discapacidad, tienes un mayor chance de ser independiente en un futuro”.