“Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings” estrena hoy en las salas de cine con el primer personaje principal asiático de Marvel y con una de las pocas cintas de origen dentro de este Universo que realmente se destaca del resto.

Si aún no estás convencido de ver “Shang-Chi” en el cine, déjame darte las razones por las que deberías hacerlo, a pesar de que la cinta cuenta con sus fallas. Dirigida por Destin Daniel Cretton (”Just Mercy”) y escrita por Dave Callaham (”Mortal Kombat”), “Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings” llega con una nueva y refrescante historia que abre un mundo completamente nuevo dentro del Universo de Marvel, mientras calienta las butacas del cine para las próximas películas que están por estrenar en la pantalla grande.

El filme sigue a “Shang-Chi”, interpretado por el carismático Simu Liu, un joven que aparenta vivir una vida normal junto a su mejor amiga “Katy” (Awkwafina) estacionando carros y cantando karaoke en su tiempo libre. Eso es hasta que sus vidas dan un giro cuando unos hombres empiezan a pelear con “Shang-Chi” dentro de un autobús (escena que me recuerda mucho a la película “Speed” con Keanu Reeves y Sandra Bullock). La escena le da a la audiencia un vistazo a las impresionantes secuencias de acción que están por venir, en donde las artes marciales brillan nuevamente en la pantalla grande. También presenta parte de una vida pasada que nuestro protagonista ha estado tratando de ocultar y evitar a toda costa. Ahora, si bien es cierto que esta es una de las mejores escenas de acción, también marca claramente uno de los mayores problemas de esta entrega: su guion.

El tiempo que pasamos con “Shang-Chi” desde que aparece por primera vez en pantalla antes de sumergirnos en esa vida que se ha esforzado tanto por ocultar, es muy poco. Un uso excesivo de flashbacks le quita tiempo al personaje de crear una conexión emocional con la audiencia lo suficiente como para querer seguirlo en el viaje que está a punto de emprender junto a “Katy”. No me malinterpreten, la temática detrás de todo y de la manera divertida en que la presentan sí crea algún tipo de vínculo emocional, solo que no lo hace tanto con el personaje más importante de la cinta como se debió haber hecho. Tanto así que los demás personajes como “Katy”, “Ying Nan” (Michelle Yeoh), “Xialing” (Meng’er Zhang), “Wenwu” (Tony Leung) y hasta “Trevor Slattery” (Ben Kingsley), le roban el centro de atención, mientras Liu intenta, con su increíble encanto y agilidad, encontrar su camino a través de su propia película.

En una nota positiva, la entrega no está del todo mala. Salvo algunos efectos visuales que fracasan, el resto de la cinta es realmente agradable y es un paso en la dirección correcta dentro del MCU con todo y sus defectos. La coreografía de las peleas es impecable, el casting está increíble y es lo que hace que la historia sea una más divertida de lo que aparenta ser de primera instancia. Además, la cinta cuenta con dos escenas poscréditos que continúan preparando el futuro de esta nueva fase con algunos cameos sorpresa y, por supuesto, para “Shang-Chi”. Un movimiento clásico de Marvel que siempre deja a los fanáticos con ganas de más, y esta entrega no es la excepción.

“Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings” se exhibe actualmente solo cines.