En las películas sobre estafadores -como The Sting o Matchstick Men- el público suele ser también víctima de los ardides de los embaucadores. La efectividad de estos filmes recae en esta ilusión y- al final- en quitarnos la venda de los ojos y revelarnos el truco detrás del acto de magia.

The Brothers Bloom,que estrena hoy en Fine Arts, hace algo diferente: los espectadores pasan al otro lado del espectro y acompañan a los estafadores a través de cada paso de su plan. La trama es propulsada por los carismáticos personajes, en especial la relación fraternal entre “Stephen” (Mark Ruffalo) y “Bloom” (Adrien Brody), hermanos que le dan nombre y conforman el corazón del filme.

Éste es tan sólo uno de los pequeños toques con los que el director Rian Johnson –quien causó sensación hace cuatro años con Brick, su primer largometraje- distingue a su segunda película de sus predecesoras en el mismo subgénero. Con su estupendo guión, el joven cineasta guía al público por la enredada narrativa, los enamora de sus personajes y les provee una de las experiencias más divertidas del año.

Tras una vida dedicada a aprovecharse de la inocencia de las personas, los hermanos “Bloom” buscan perpetrar su espectacular acto final; la madre de todas las estafas. ¿La víctima? Una millonaria reclusa en su hogar -interpretada por Rachel Weisz- quien terminará dando a la pareja más dolores de cabeza que los que podía imaginar.

El elenco realiza unas actuaciones sensacionales. Weisz, como la cohibida y excéntrica “Penélope ”, transmite una inocencia encantadora, mientras que Rindo Kikuchi, con su pantomímica “Bang Bang”, se roba el show en cada una de sus escenas. De los hermanos, Brody se lleva la mayor parte de la atención y logra distinguirse dentro del reparto.

Sin embargo, la verdadera estrella es el propio Johnson. El joven cineasta denota un gran crecimiento artístico desde Brick y muestra sus dotes para colmar la pantalla con imágenes inolvidables y personajes memorables. Esté muy pendiente a la carrera de este talentoso director ya que parece que va encaminado a ser uno de los grandes.