Tal y como sucede con la casa de “Carl Fredricksen” -el protagonista de la extraordinaria cinta Up que amarra su residencia a miles de globos para emprender un viaje a Suramérica- ,la nueva producción del estudio Pixar eleva por lo más alto la incomparable magia del medio animado para llevarle al público una maravillosa experiencia.

En su décimo largometraje, el estudio continúa reinventándose, buscando nuevas formas de contar historias sin circunscribirse a las fórmulas rutinarias que plagan las películas animadas. El director Pete Docter (Monsters, Inc.) halla un balance perfecto entre los momentos cómicos y aquellos que seguramente harán llorar a muchos de los espectadores, todo a través de la fantástica aventura de un viejo cascarrabias y su joven acompañante.

Tras quedar viudo y verse forzado a abandonar su hogar, “Carl” -un ex vendedor de globos- decide hacer el viaje hacia las preciosas cataratas de Venezuela que durante años había soñado hacer acompañado de su querida esposa. No obstante, su ilusión no la cumplirá solo: luego de alzar vuelo con su casa -atándola a miles de globos-, el anciano descubre que “Russell”, un niño explorador, quedó atrapado en su balcón. El dúo continúa su travesía hacia las junglas sudamericanas sin imaginarse la increíble aventura que les espera.

La encantadora cinta se conecta emocionalmente con los espectadores a los pocos minutos de comenzar. En una de las secuencias más tiernas del largometraje, el público es testigo del nacimiento del amor entre “Carl” y “Ellie”, el desarrollo y fortalecimiento de su relación y cómo llegan hasta la vejez, todo ello sin mediar palabra. La increíble escena no sólo establece los sentimientos que el filme nos transmitirá a lo largo de su duración, sino que constata el inigualable talento de Pixar para conmover a través de imágenes.

La dirección de Docter está a la misma altura de los trabajos anteriores del estudio, como Ratatouille, de Brad Bird, y Wall-E, de Andrew Stanton. Su uso del color, y cómo éste se va saturando a medida que “Carl” redescubre las maravillas del mundo exterior, convierten la pantalla grande en un enorme lienzo que el cineasta aprovecha al máximo. El efecto es tan llamativo que ya nos imaginamos cómo debe verse en su versión tridimensional, la primera en la historia de Pixar y la cual también se proyectará en algunas salas de Puerto Rico.

Con Up, Pixar reafirma lo que ya muchos cinéfilos sabemos: que como estudio de animación no hay ninguno que se le compare. Para su grupo de artistas, la historia y los personajes son primero que todo, y el resultado es más que evidente. Diez películas, diez éxitos. Con un récord tan formidable como éste, resulta difícil pensar que algún día cometerán una falla, pero esa vez no será ahora. Up es una joya, uno de los mejores estrenos del año y -hasta ahora- la película que usted no se puede perder del verano cinematográfico.