El televisor hace rato pasó de ser un objeto de lujo para convertirse en una necesidad para miles de personas.

Si no es así, piense cuándo fue la última vez que visitó un hogar donde no hubiese al menos un televisor.

Esta caja transmisora ofrece con el toque de un botón representaciones de un mundo, en ocasiones, totalmente diferente al que vivimos.

Con la llegada de la señal digital, en febrero del 2009, han comenzado a transmitirse unos comerciales a través de los canales locales, donde se dan instrucciones escuetas para que no se vaya a quedar con la pantalla a oscuras.

A cualquiera le dan ganas de salir corriendo a adquirir la dichosa caja convertidora cuando ve la “cápsula informativa”, pues la idea de “no poder ver televisión” asusta a cualquiera.

El profesor de sociología de la Universidad de Puerto Rico, José Rodríguez, confirmó lo que es bien sabido: que el televisor, como medio masivo de comunicación, juega un papel importante en nuestra sociedad.

“No importa la clase social a la que pertenezca la facilidad de tener un televisor existe. Es una herramienta de transmisión cultural ampliamente difundida”, explicó el profesor.

Rodríguez indicó que el televisor se considera para muchas personas como una “necesidad” al punto que si no se tiene, se trata de conseguir.

“Es una necesidad en función de lo que representa para mantenerse al día de lo que está ocurriendo a nivel de información en Puerto Rico y en el mundo”, señaló.

Lo que sí podría verse como un “lujo” es adquirir un equipo más moderno, como son los televisores plasma o de alta definición.

-¿Podemos vivir sin televisión?

“Todo depende de cuánta importancia le dé la persona a este objeto. Si es como medio informativo, está la prensa, la radio, Internet, existen otros medios, pero todo depende de la importancia que se le dé a nivel de utilización”.

El profesor señaló que el estar de ocho a diez horas frente a un televisor podría convertirse en un problema, a medida que la persona olvide realizar otras actividades que son importantes, como ejercitarse y socializar.

“Creo que, como todo en la vida, en el momento en que ver televisión se convierte en una conducta obsesiva, podría causar daños”, concluyó quien recomendó a las estaciones locales ofrecer “orientación debida y responsable” sobre la llegada de la señal digital.