Un musical puede hacer muchas cosas. Puede hacerte querer bailar, cantar o, incluso, cuestionar muchas cosas fuera de la historia. Para muchos, la primera adaptación cinematográfica del exitoso musical de Broadway, “West Side Story”, logró exactamente eso y mucho más. Pero hoy toca hablar de la versión reinventada que empezó con un sueño que Steven Spielberg tuvo desde su infancia.

Para aquellos que no conocen de la película original de 1961, “West Side Story” sigue a dos gangas rivales conocidas como los “Jets”, liderado por “Riff”, y los “Sharks”, un grupo compuesto de puertorriqueños, liderado por “Bernardo”. En medio de todo tenemos a “Tony” y “María”, dos jóvenes que se enamoran y luchan por ese amor a pesar de la guerra que existe entre las dos gangas con las que ambos están de alguna manera conectados. Pues resulta que “Tony” solía ser parte de los “Jets” y “María” es la hermana menor del líder de los “Sharks”. Esa es la base de la historia de “West Side Story”. En esta nueva versión reinventada, dirigida por Steven Spielberg, la cinta vuelve a contar la clásica historia, a través de su lente acompañado de un elenco diverso.

A cargo de traer de vuelta a “Tony” y “María” a la pantalla grande están Ansel Elgort y Rachel Zegler, quien hace su debut como actriz de largometraje. Ambos aportan un encanto a sus personajes y hasta un cierto nivel de inocencia que sin duda cautivará el corazón de todos los que se den cita a ver esta espectacular entrega cinematográfica que actualiza la original, al tiempo que le hace un debido y respetuoso homenaje. Uniéndose a ellos como “Anita” y “Bernardo” están Ariana DeBose y David Alvarez, quienes entregan una sólida actuación de estos personajes igual de excelente como lo hicieron sus dos actores, George Chkiris y nuestra querida Rita Moreno, en la primera entrega. Hablando de la ganadora del EGOT (Emmy, Grammy, Oscar y Tony), Moreno se une a este musical como “Valentina”, la dueña de la tienda en donde trabaja “Tony”. Es muy seguro decir que el corazón del filme está con ella en todo momento y si alguna vez dudaron de su regreso a ser parte del musical en la pantalla grande, ahora más que nunca les aseguro que deben ir a ver la entrega. Su regreso estuvo muy bien ejecutado y sabiamente calculado y para eso tenemos que agradecerle a su guionista Tony Kushner por escribir a este personaje de la forma en que lo hizo. Moreno no solo logra dar una icónica actuación más, sino que también formó parte de esa memorable escena en la que ella participó como “Anita” que dio mucho de qué hablar para el 1961.

Un filme no puede ser un éxito sin las personas detrás de la cámara, y déjeme decirles lo hermoso y meticuloso que se hizo el trabajo. Desde el principio, la entrega arranca estableciendo otro personaje importante en esta cinta: Nueva York. La forma en que se da el tiempo para presentarnos el lienzo que está a punto de ser pintado por una increíble cinematografía de Janusz Kaminski, que acentúa los colores que representan ambos bandos en guerra, acompañada de un hermoso diseño de producción que trae de vuelta a la pantalla a un Nueva York en la época de los 50 que aún se puede apreciar hoy en día, y culminando con otra estrella muy importante de un filme como este, su música, es lo que envuelve todo en un gran lazo y la convierte en uno de los mejores musicales de este año.

Ahora bien, como mencioné anteriormente, todo esto no hubiera sido posible sin la visión y el sueño de Steven Spielberg. El filme ciertamente tiene su marca desde la historia, hasta el elenco y todo lo que se nos presenta en pantalla. Todo lo cual, claramente, fue hecho con mucho respeto y cuidado para hacer de un gran musical la mejor versión posible. Y con ese mismo corazón en la manga que siempre lo ha caracterizado, Spielberg nos entrega exitosamente su primer musical y una de sus mejores películas de estos últimos años.