El caballo ha sido, durante siglos, uno de los animales más queridos por el ser humano. Su belleza, además de su utilidad como medio de transporte, han hecho de este cuadrúpedo una parte integral de nuestra historia.

En Puerto Rico, el caballo fue traído desde el Viejo Mundo por los españoles. Desde entonces, se han criado varias razas en el país. Incluso, contamos con una raza autóctona: el caballo de paso fino puro de Puerto Rico.

Este equino se caracteriza físicamente por su cabeza pequeña, orejas alertas, cuerpo medianamente largo, ancas redondas, patas finas y firmes, crin y rabo largos, y carácter manso. Además de esto, los caballos de paso fino se diferencian de otros por su andar rítmico, su paso corto y su postura.

Cabe destacar que estos caballos necesitan un entrenamiento específico. Según nos informó Melba Figueroa, propietaria de la Hacienda Don Carmelo y directora de la Escuela Puertorriqueña de Arte Ecuestre, “estos caballos se doman como cualquier otro caballo criollo, sin embargo, una vez domados, se les vuelve a entrenar para que hagan estos ejercicios que son de alta escuela”.

Además del paso fino, en esta escuela se entrenan caballos de trote, los cuales realizan otros tipos de ejercicios clásicos de la alta escuela. No obstante, el paso fino es el único declarado como deporte nacional en nuestro país.

Curiosidades

n Dulces Sueños fue el dínamo genético que, al cruzarse con sus sobrinas, produjo los mejores caballos de paso fino de Puerto Rico.

  • El verdadero caballo de paso fino es rítmico y con cadencia ininterrumpida, por eso se le llama el “más fino del mundo”.

  • Estos caballos son de paseo y exhibición. Si son utilizados para otro quehacer, su andar puede estropearse.

  • Algunos de estos equinos son más redondeados y pesados, mientras otros son más delicados y caídos de nalgas. Y otros, aún, son más pequeños. Sin embargo, siempre comparten las características heredadas de su raza.

  • En el 1960, en la parada del Día de la Constitución de Puerto Rico, el entonces presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, se llevó un caballo de paso fino a su casa.

  • El rey de España adquirió un puro paso fino de Puerto Rico, en 1987, para su establo privado. El potro se llama Papy, hijo del campeón Papyrus, y pertenecía a la Hacienda Don Carmelo.

    Historia del caballo de paso fino

  • El primer ganado vacuno y caballar en llegar a Puerto Rico lo trajo Juan Ponce de León, en 1509 desde La Española. Estos caballos habían venido de Andalucía y eran descendientes del berberisco de África.

  • Para el 1515, Puerto Rico exportaba caballos para ser utilizados por Fernando Pizarro y sus hombres en la conquista del Perú. Con esto se demuestra una evolución en el desarrollo del caballo en América.

  • Inicialmente, el caballo se utilizó para carga y transporte. No fue sino hasta el siglo XVIII que se exhibió en fiestas patronales. En el siglo XIX se hacían competencias a caballo con premios para las bellas formas, carreras de escape, andadura, sobretrote y paso fino.

  • Durante el cambio de soberanía, en 1898, el caballo desempeñaba un papel importante en la economía del país, pues servía para la transportación de trabajadores y de cargas de mercancías, por lo que su crianza se convirtió en una labor lucrativa.

  • De las primeras estirpes y familias surgieron 12 o más caballos naturales de paso fino, que fueron seleccionados y separados de otros caballos por su andar cómodo y su elasticidad y suavidad de movimientos, de gran comodidad para el jinete.

  • En Guayama, don Genaro Cautiño se dedicó a mejorar la raza de paso fino en 1932. Allí nació el caballo Dulces Sueños, padre de la raza actual de paso fino.

  • En 1954 se fundó la Asociación de Caballos de Silla de Puerto Rico, cuyo propósito fue unir esfuerzos para lograr el reconocimiento de la raza y organizar este deporte. Se logró salvar el Registro Genealógico de los caballos y con esto, la raza de paso fino.

  • En el 1978 comenzaron los cruces con otros caballos como parte de expansiones comerciales y trueques.

    Escuela Puertorriqueña de Arte Ecuestre

    Ubicada en la Hacienda Don Carmelo en Vega Baja, la Escuela Puertorriqueña de Arte Ecuestre es el único lugar en nuestro país que se especializa en preparar a profesionales en la doma clásica. De igual manera, entrenan caballos para realizar lo que llaman ejercicios de la alta escuela.

    Entre estos ejercicios, además del paso fino, se encuentran el trote, el de paso y jamelgo, el trabajo de campo, la pirueta, la doma natural, el paso español y la cabriola. “Todos estos ejercicios son de aires artificiales, pero el caballo los aprende con buen talante, pues son caballos que tienen mucho brío y un corazón muy grande, además de ser muy inteligentes”, señaló la directora de la Escuela, Melba Figueroa.

    Este espacio está dedicado, más que a la enseñanza para personas que no conocen el deporte, a jinetes que quieren dedicar su vida a ello. Luego, todos los meses hacen una presentación al público en la cual muestran sus trabajos con los caballos.

    Espectáculo

    La próxima exhibición de la Escuela es el 1 de agosto de 2008, en la Hacienda Don Carmelo, a las 7:30 p.m. “El espectáculo cuenta con caballos de paso fino y caballos trotones, realizando los pasos que les han enseñado sus jinetes. Sin embargo, se ha preparado un número que escenifica el siglo XVIII, que incluye luces y los pasos de los caballos son al ritmo de la bomba”, comentó Figueroa. El costo de la entrada es de $10 por adulto y $5 por niño.

    La Hacienda Don Carmelo está ubicada en la carretera 670, en el barrio Algarrobo, km 8.8, en Vega Baja.

    Para más información y boletos, pueden comunicarse al 787-858-1378 o entrar a www.arteecuestre.com.