Faustina “Tinti” Deyá Díaz falleció en agosto de 2021. Pero para Alexis Massol González, su viudo, no se fue. Sigue presente en cada rincón de la propiedad que vivieron por décadas en su Adjuntas querido, en cada esfuerzo del proyecto de autogestión comunitaria Casa Pueblo, y en el amor por el arte que los conectó desde que se conocieron en la adolescencia.

A través del libro “Revolución del amor en tres tiempos: cartas entre Tinti y Alexis”, el ingeniero civil y ambientalista no solo comparte memorias de una relación que se fue fortaleciendo con el paso de los años, sino que responde a una serie de cartas en las que plasma la huella que la reconocida líder comunitaria dejó en él.

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“Ha sido bien complicado. Todavía siento a veces momentos de soledad, aunque ya he podido sanar bastante, pero mucha tristeza y soledad”, confesó al hablar sobre cómo ha ido asimilando la ausencia física de quien fue su pareja por poco más de seis décadas.

“Luego que fallece, en casa empecé a buscar en los cajones, en las gavetas. Encontré muchos tesoros. Por ejemplo, las colecciones de Reyes Magos de ella, de santos tallados a mano, sus diarios, que son una joya, muchas cosas más. Pero en un momento dado encontré que yo tenía guardadas sus cartas de amor de cuando éramos estudiantes (universitarios), ella en Río Piedras (Pedagogía) y yo en Mayagüez, durante los años de 1959 a 1964”, compartió en detalle sobre lo que encendió la chispa para inspirarse a escribir en memoria de su amada. “Al contestar las cartas, eso es lo que me acerca a ella otra vez y la traigo de vuelta. Y al leerlas y al yo contestarlas, entonces hacemos esa conexión”.

En este sentido, explicó con notable ilusión el título del libro publicado por La Editorial UPR y por qué lo dividió en fases. “Desde el 59 hasta hoy, la revolución del amor no ha terminado. Estamos en la tercera etapa”, prosiguió en su análisis. “Me puse a leer las cartas en ese proceso. Fue bien interesante y sanador también, y a la misma vez me dio energía. Me encontré que estaba en un primer tiempo, el de novios. Después nos casamos”, prosiguió sobre lo que da paso al segundo tiempo luego de graduarse de la universidad. Tuvieron cuatro hijos: Alexis, Axel, Arturo y Ariel. Vivieron unos años en Guaynabo, hasta que el amor por su pueblo natal los motivó a volver a finales de la década de los setenta.

“El segundo tiempo es la revolución del amor, la familia y la patria”, afirmó. “Acá empezamos la nueva vida y la nueva familia, con la familia que teníamos acá extendida. Anuncian la explotación minera para Adjuntas y toda el área de Jayuya”, rememoró sobre los planes que se extendían a Utuado y Lares, y que hubieran causado un daño ambiental. “Nosotros nunca habíamos participado en nada político, nada comunitario. Como yo soy ingeniero entendí lo que iba a ocurrir, una catástrofe ecológica. Entonces ella y yo decidimos extender esa revolución del amor en la familia a la comunidad y organizamos el taller de arte y cultura que es lo que es hoy Casa Pueblo”, destacó con orgullo sobre el legado.

“Ella fallece después de 41 años dando trabajo voluntario en Casa Pueblo. Fue una mujer tan grandiosa. Como no encontré mis cartas decidí contestarle las cartas de ella en el presente”.

Para este propósito, de 150, seleccionó 18. “Empiezo a contestarlas una por una y en ese proceso de reencontrarme con ella de nuevo, como dice (Ramón Emeterio) Betances en sus epístolas de cuando muere Carmelita, su amada, él leía sus cartas y le escribía después de muerta, y era para él como traer su voz y su presencia. Eso hice yo. En este tercer tiempo empiezo a traer a Tinti, su voz y su presencia, no solamente conmigo, sino en Casa Pueblo, porque las cartas yo las contesto desde la autogestión comunitaria”, agregó sobre el proceso creativo que comenzó en diciembre de 2021. “Las estoy contestando desde el Bosque del Pueblo, una de ellas. Le contesto desde Colombia, que fui a una actividad por la preservación del ambiente en el planeta Tierra. Yo voy contestando y en ese proceso la estoy trayendo a ella al presente. Por eso creo un tercer tiempo. Tiene pasado, presente y futuro”.

Al evocar numerosos trazos de amor por Tinti tiene fresco en su memoria cuando a sus 15 años se prendó de aquella chica que vio correr bicicleta en su vecindario, en la calle Progreso, y la que ya mostraba una personalidad de autonomía.

“La vi con esa sonrisa juvenil”, recordó con ilusión. “Después me llamó la atención que fui a comprar a la ferretería y ella trabajaba en la ferretería. Fui otro día a la farmacia y trabajaba en la farmacia, otros días. Fui en el jeep de casa a echar gasolina y ella también trabajaba allí. Entonces, empecé a sentir admiración por una joven que era autosuficiente. Además, jugaba en el equipo de voleibol de Adjuntas”, narró sobre quien describió como una atleta excepcional.

Su presencia sigue latente en Alexis Massol González. “La siento, por ejemplo, en la colección de obras de arte que tenemos en mi casa. Tenemos muchas de (Antonio) Martorell, de muchos pintores puertorriqueños. La colección de santos. Entonces se ha convertido la casa como en una casa viva con Tinti adentro”, aseveró con nostalgia. “Yo entro a Casa Pueblo y voy a la tienda artesanal, que eso lo fundó Tinti. Miro el mariposario. Eso fue una obra entre los dos, pero de Tinti, mayormente. Entonces, además de traer su presencia, estamos visibilizando a la mujer puertorriqueña, a una mujer que se distinguió haciendo lo que es Casa Pueblo ahora”.

El libro “Revolución del amor en tres tiempos: cartas entre Tinti y Alexis” está disponible para la venta en Casa Pueblo.