Hacer reír es una tarea que abraza a plenitud. Pero cuando comenzó a desarrollarse en las artes escénicas, su plan inicial era ser actor dramático.

La risa no era una expresión cotidiana en la crianza del reconocido humorista cubano Alexis Valdés, quien creció en un hogar donde experimentó carencias y el maltrato. Fue el curso de la vida el que le enseñó que, más allá de impresionar con sus personajes serios, encontraría mayor aceptación en la comedia.

“Tuve una niñez dura como muchos comediantes y muchos boxeadores. Yo creo que de niñez suave, acomodada, han salido muy pocos artistas. Los artistas siempre nacen de una necesidad de expresión. Fíjate que los más grandes cantantes, actores, siempre nacen de los barrios de un mundo duro”, reflexionó el artista en entrevista telefónica desde Miami, Florida.

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“Esa es la teoría mía. Pero lo creo que batallar con la vida y la necesidad de expresarte te busca un espacio. A veces la necesidad de hambre hace a la gente creativa, con inventiva, y, de hecho, cuando esa gente triunfa tienen hijos que ya nacen en la abundancia, eso a veces es complicado porque no tienen la necesidad de urgencia que tuvieron sus padres”, prosiguió el también productor, quien presentará su espectáculo “La risa que te debo” el próximo 29 de junio a las 8:30 p.m. en el Centro de Bellas Artes de Santurce.

El autor del libro de corte biográfico “El miedo nos hizo fuertes” compartió parte de algunas de esas circunstancias difíciles en su crianza en su natal Cuba. “Yo no me crié con mi papá, que era un actor muy conocido, muy querido (Leonel Valdés). Mis padres se divorciaron y apareció un señor que, directamente, me odiaba porque me parecía a mi padre. Era el hombre de la casa y entonces yo tuve que batallar con eso toda mi infancia, hasta que pude escapar de eso, escapar del maltrato físico y sicológico de una persona que no te quiere, pero que tiene la autoridad sobre ti”.

Con el paso del tiempo y el interés por la actuación en sus venas surgieron oportunidades para demostrar su talento en esta fase artística. “Yo no soy un comediante porque lo elegí. Fue casual. Yo quería ser un actor dramático”, manifestó con énfasis.

“Fue todo mi inicio. Pero después, un día hice un personaje que fue muy popular en Cuba dentro de una serie dramática, un personaje que era cómico y se volvió una locura, y la vida me llevó por ahí y entonces empiezas a ver que la gente se ríe y se divierte. Sí, me pasaba que en la escuela, desde que era niño, yo decía algo y la gente se reía, porque la persona que tiene como un instinto de la comedia tiene un tempo, un ritmo interno, un ‘delivery’ de decir las cosas que es gracioso”, recordó sobre ese despertar.

“La vida me fue llevando por ahí y yo siempre extrañaba a ese actor que se quedó ahí en el camino, siempre quería volver ahí. También, yo estudié música, escribo canciones, me gusta cantar, tocar guitarra. Todo eso me ha gustado toda la vida, y son como aristas que las tengo un poco ahí detenidas porque tienes una sola vida”.

Hace mucho aprendió a ver el proceso de vivir, con humor, sin restar seriedad a lo que lo amerite. “Tengo la vivencia de lo maravilloso que es reír”, afirmó pensativo. “Tengo un amigo muy sabio que se llama Gilberto Santa Rosa, que siempre que le digo ‘mira, tienes que ver esta película’, y me dice ‘¿de qué trata?, y le digo ‘es una mujer que pierde al hijo…’, me dice ‘no, por favor, yo no veo eso, yo veo comedia’. Y me parece una actitud tan sabia. No es que solo vayamos a ver comedia, pero evidentemente todo lo que tú ves en cine, en el escenario, pasa por ti. Tú sufres como el protagonista, si es comedia, también te alegras y te alegra la vida”, observó.

“Cuando tú te ríes, eres fuerte, y está bien porque no hay nada más parecido a la felicidad que estarse riendo. Yo no sé lo que es la felicidad, pero sé lo que es la alegría, y la alegría es lo más cercano a la felicidad. Entonces, yo siempre le digo a todo el mundo ‘¿estás mal?, ¿estás triste?, ve comedia, ¿qué cómico te gusta, Peter Sellers, te gusta Charles Chaplin, te gusta Eddie Murphy?’, míralos, ve películas, ve series de comedia, porque al rato se te va a haber quitado”.

Al compartir su análisis sobre por qué a algunas personas les cuesta ver la vida con humor, más allá de las dificultades, el actor analiza el peso del condicionamiento social. “Yo creo que el drama está mejor vendido. El drama tiene más mejor prensa. Es decir, la seriedad siempre ha tenido mejor prensa. ‘Quiero que seas una persona seria’, ‘quiero que seas una persona de estudios’, entonces nos han vendido como que ser serio y grave es como símbolo de una persona que lleva una vida adecuada. Y después hemos descubierto, o sabemos cuando ya maduramos, o por lo menos los que queremos mirar un poquito más allá de lo evidente, que esas personas de apariencia seria a lo mejor nos están estafando, o nos están manipulando, o nos están vendiendo una realidad que no es, porque yo he conocido presentadores de la televisión de programas políticos, muy serios, y después cuando los conozco en la vida, son los tipos más divertidos y más jode… del mundo, y de hecho, lo necesitan porque si estás todo el día dando malas noticias, todas esas cosas están pasando por ti. Entonces esa gente tiene una necesidad imperiosa de reír y divertirse”.

Listo para el encuentro

Para el experimentado comediante, quien se ha presentado en decenas de escenarios a lo largo de su trayectoria, la experiencia de hacer reír a través de un ‘stand-up’ siempre trae sus retos.

“Ser comediante es un tema muy complicado porque creo que, de todas las artes, es la más difícil, la que exige unos resultados inmediatos, esa risa”, sostuvo. “Es muy duro pararse en un escenario… La gente no lo sabe, pero todos los comediantes antes de salir al escenario están todos muertos de miedo, porque no lograr hacer reír es tan doloroso y se nota tanto. Un actor dramático está en escena y la gente simplemente está escuchando. Nadie tiene que aplaudir. Nadie tiene que llorar. Pero un comediante, si no se rieron es vergonzoso”, prosiguió sobre uno de los posibles resultados para quienes prefieren esta labor. “Los comediantes siempre están con ese terror. Por eso cuando tú tienes una actuación y el público al final se ha reído mucho, y la gente aplaudió mucho, sientes una liberación gigantesca”.

Su show de comedia “La risa que te debo”, dirigido al público adulto, contará con anécdotas y reflexiones con su picardía particular. “En estos espectáculos nuevos quiero hacer un pequeño homenaje a esos cómicos que me salvaron la vida, porque cuando yo estaba muy triste, veía algún programa o escuchaba un disco de Álvarez Guedes”, destacó entre los numerosos humoristas que influyeron en su formación, que incluyen a figuras como Charles Chaplin y Mario Moreno “Cantinflas”, entre otros. “Yo creo que sí, que la comedia puede ser un vehículo maravilloso para transmitir ideas y pensamientos. Es muy curativa”.

Uno de sus personajes más queridos, no faltará. “Siempre incluyo a mi ‘Cristinito’. Estamos en 2024 y ya ‘Cristinito’ cumple 37 años en el escenario. Yo creo que ya debe ser el personaje de comedia activo, de Cuba seguro el más viejo, pero cuidado no sea el más viejo, el más antiguo de por lo menos todo el Caribe”, dijo complacido. “Mucha gente hace personajes y duran un año, seis meses, cinco años, pero 37 años ya no es un personaje, es un alter ego. Es una doble personalidad que yo tengo y que es capaz de hacer cosas que yo no soy capaz”.

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