Si algo maravilla a la actriz Ángela Meyer es que aún le ofrezcan personajes que, en cinco décadas de carrera, no haya tenido oportunidad de hacer.

“A mi edad uno hace el teatro que te gusta y que disfrutas, porque ya uno piensa, ‘qué más puedo hacer’ o ‘qué más puedo probar’, y egoístamente se vuelve en un placer personal”, dijo.

La comedia de origen inglés, El fantasma de mi ex, de Noel Coward, le está dando el gusto de interpretar por primera vez una psíquica, “Madame Arcati”, quien según el texto será la responsable de convocar el espíritu de la exesposa del novelista “Carlos” (Junior Álvarez).

“Es bien difícil, pero bien cómico. Es una psíquica espectacular”, comentó. “Soy la tercera generación de una familia de metalistas, hipnólogos y magos, que es la familia Richardine. Y a mí, por ejemplo, la hipnosis como la telepatía o la transmisión mental no me era ajena, eso en casa era normal. Entonces me llamó mucho la atención y estoy aplicando muchas cosas que oía, porque no heredé nada de eso. Creo que fui el patito feo”.

Lo más cercano que hizo dentro de la tradición familiar con el ilusionismo fue ser la ayudante de su tío Richardine II en sus actos.

“Desarrollé un amor grande por la magia, pero mucho miedo, tanto así que solo una vez hice un acto como maga en el Centro de Bellas Artes. Mi abuelo (Richardine) era muy grande dentro del campo de la magia y si algo fallaba no me lo perdonaría nunca”, compartió en una entrevista en el 2013, con este diario.

Meyer es católica, pero igualmente respeta y cree en las capacidad de algunas personas para magia, el mentalismo o el espitirismo, entre otras prácticas.

“Estoy tratando -sin faltarles el respeto, porque a mí esas cosas me asustan, porque de una familia de hipnólogos a espiritismo hay una gran diferencia-, pero sin faltar el respeto, de poder llevar lo que son estas personas que son dotadas de muchas cosas, lo único que la mía, aparte de ser dotada, está loca de bola, porque ella trae el espíritu, pero no sabe cómo devolverlo”.

La actriz no descansó en su historia familiar para desarrollar el personaje que motivará la acción de la obra, traducida y adaptada a la actualidad de Puerto Rico por Johanna Rosaly. Hizo una investigación profunda, hasta se echó las cartas, y a nivel físico le dio rasgos de mentalistas que ha conocido. El pelo, por ejemplo, lo copió de una que conoció en Estados Unidos.

“Una de las cosas que sí estoy haciendo es poniéndome una protección, porque me enseñaron que a veces uno hace esas cosas y ellos dicen que los espíritus se confunden y por si acaso, porque no me interesa traer a la vista ninguno, entonces me dieron un pequeño amuleto y me dijeron, ‘tú eres católica, ponte una medalla’, porque dentro del teatro no nos vamos a arriesgar, porque sí creo que en los teatros hay muchas almas de los artistas que han muerto. Eso sí lo creo firmemente”.

El fantasma de mi ex representa un gran desafío escénico para la mayoría del elenco, porque solo “Carlos” (Álvarez) puede ver el espíritu de su ex, “Elvira”, representado por Alfonsina Molinari. Los demás personajes no lo ven, por lo que no pueden responder a lo que dice o hace, ni a sus movimientos.

“El reto mayor lo tiene Sara Jarque, que es la que más tiempo en escena tiene conmigo, pero es la que no se supone que me vea ni me escuche”, detalló Molinari sobre la interacción de su personaje con “Ruth”, la actual esposa de “Carlos”.

Dirigida por Axel Cintrón, Molinari ha creado un espíritu de “una tipa normal”, lejos del cliché del fantasma de voz alargada.

“Ella se ve en la obligación de hacer ciertos trucos para que la nueva esposa de él le crea que en efecto hay un fantasma ahí, porque ella no la puede ver ni oír, pero puede ver cuando rompe cosas o las cosas se mueven solas”, abundó.

La actriz Jazmín Caratini y el actor Herbert Cruz son parte del elenco.

La obra subirá a escena el viernes, 31 de enero, en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré. Los boletos están a la venta en Bellas Artes y a través de Ticket Center.