Esta semana se celebró el Día Mundial del síndrome de Down. Por ello, es fundamental tomar esta fecha como una oportunidad para buscar nuevas formas de mejorar el desarrollo de las personas con discapacidad. En esta ocasión, queremos hacer énfasis en una herramienta que está al alcance de nuestras manos: las artes escénicas, área que tiene el potencial de elevar las capacidades cognitivas de una persona con síndrome de Down.

“A través del arte, se pueden romper mitos y desarrollar sus capacidades. Muchos dicen que las personas con síndrome de Down ‘no pueden ser actores’, pero el arte es un excelente vehículo para desarrollar capacidades, potenciar el lado cognitivo, el lenguaje, la seguridad emocional y la aceptación personal”, estableció Jonathan Oliveros, general de Liberarte Talleres Especiales, la primera escuela de teatro musical para personas neurodiversas en el Perú.

El síndrome de Down en el teatro

Desde el 2019, Chela de Ferrari, directora teatral de amplia trayectoria, empezó a trabajar junto a actores con síndrome de Down para la realización de su adaptación libre de “Hamlet”, el clásico de Shakespeare. Por ello, de Ferrari hace énfasis en todo el aprendizaje mutuo que ha habido durante este camino.

“Durante meses, estuve planeando realizar un montaje de ‘Hamlet’. Sin embargo, no podía encontrar un actor adecuado para el papel, pues es muy complicado encontrar un Hamlet joven. Para mi suerte, todo se aclaró cuando conocí a Jaime Cruz. Él era anfitrión en La Plaza y, al presentarse en un evento interno del teatro, me dijo: Yo soy Jaime y soy actor. Su convencimiento me hizo notar el gran valor que podría aportar su visión a la obra”, relató la dramaturga.

En palabras de Chela de Ferrari, como directora, el montaje de esta obra le permitió romper ciertos mitos sobre las personas con síndrome de Down.

“Nos decían que las personas con síndrome de Down no podían concentrarse más de una hora o que no podrían tener ensayos de más de ocho horas, algo habitual en el teatro. Sin embargo, puedo afirmar que nada de esto pasó. Hubo veces en las que, en fechas cercanas al estreno, ensayábamos más de ocho horas diariamente y, gracias a los aportes y testimonios que brindó el elenco día a día, hemos podido crear esta versión tan libre del clásico”, añadió.

Por otro lado, Jonathan Oliveros resaltó que trabajar junto a jóvenes con esta condición le ha resultado apasionante.

“Las artes contribuyen para desarrollar capacidades, habilidades sociales, autoconocimiento y autonomía. Además, el teatro les permite saber que su condición no es un impedimento para que logren sus metas y puedan triunfar en la vida”, enfatizó el director.

Las oportunidades

Jonathan Oliveros hizo hincapié en que las oportunidades son lo más importante en el trabajo con la discapacidad.

“Yo creo que la sociedad está cambiando y se están abriendo más espacios. Antes no se podía imaginar que agrupaciones importantes o grandes teatros, como el Teatro La Plaza, les abrieran las puertas a personas con discapacidad. Hoy en día, se está avanzando poco a poco, pero a pasos importantes, para promover la diversidad y la inclusión laboral”, afirmó.

Por otro lado, Chela de Ferrari recalcó la importancia de romper los mitos que existen sobre las personas con síndrome de Down. En relación al Día Mundial del síndrome de Down, la directora reiteró que es un día para celebrar la importante contribución que las personas con síndrome de Down ofrecen a la comunidad y al mundo en sí.

“Sabemos que no todos tienen los privilegios de esta pequeña comunidad”, refiriéndose al elenco de “Hamlet”. “Por ello, es preciso recordar que no son ‘privilegios’, sino derechos”, enfatizó.

Para finalizar, Chela de Ferrari destacó que esta experiencia le ha permitido crecer a todos, tanto a los actores como al equipo de producción.

“Gracias a este proyecto, hemos descubierto que el intercambio nos enriquece, amplía horizontes, nos hace ver más allá de nuestra propia condición y entender mejor al ser humano en su complejidad”, afirmó.

En palabras de la directora, para elaborar esta versión de “Hamlet”, se basaron en la pregunta “¿Ser o no ser?”.

“Quisimos utilizar su perspectiva para conocer cómo es el ‘ser’ para una persona que debe ser en lugares donde no se le toma en cuenta”, concluyó.