Artesano exhibe su creatividad al elaborar indumentaria para caballos
Jesús E. Rosa Beníquez es el creador del concepto “Artesanías para caballo Isabela”.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Trabajar piezas únicas en cuero y piel y utilizar su ingenio para armar las creaciones que lucen muchos caballos en la Isla y en otros países del mundo, es la encomienda principal del artesano isabelino Jesús E. Rosa Beníquez, quien lleva 29 años destacándose en esta faena.
Tras certificarse como artesano en cuero en el 1993, Jesús alcanzó su objetivo de establecer su negocio: “Artesanías para caballo Isabela”. Sus trabajos se enfocan en elementos para equinos como cabezales, faldas, bridas, piezas para la silla y otros artefactos para la doma, los cuales confecciona y vende en los diferentes agrocentros alrededor de la Isla.
Pero, más allá de ver en las cabalgatas sus creaciones adornando bellos ejemplares de paso fino, caballos de paseo y los caballos de andadura, su mayor satisfacción es poder ayudar a otros a cumplir sus sueños.

“Me da mucha felicidad poder ayudar a otros creando cosas que no existen. En Gurabo hay un grupo de personas que dan terapias equinas y hace como 10 años llega esta persona con una preocupación porque su hijo se quedó parapléjico en un accidente de motora y él quería que tomara estas terapias equinas para adelantar su condición. Entonces, me pide hacer una especie de arnés para que su hijo se pueda montar en el caballo. Antier me encontré con el señor y me enseña una foto del hijo caminando y usando sus manos y me dijo: ʿlo que tú me hiciste le ayudó a mi hijo en su recuperaciónʾ. La mejoría fue a tal grado que se casó, da unos sus pasos poco a poco, pero para su papá son lo más grande”, expresó complacido el artesano. Historias como estas son las que llegan hasta el taller de Jesús, quien no pone reparos en buscar la manera de lograr que su aguja y su creatividad sean de bendición para quienes quieren montar a caballo.
Y es que el artista construye diversas piezas, según las especificaciones de los clientes, y ha sabido adaptarse para adornar el arte de cabalgar. “Este arte se hace totalmente a mano en cuero y en piel. Hay una diferencia entre cuero y piel, la piel es lo que es fino, parecido a la tela, mientras que el cuero es con lo que hacen las correas”, explicó.
“Yo me dedico a hacer cabezales, que es lo que el caballo usa en la cara y eso es lo más que vendo; pero para un caballo se hacen muchas cosas, se trabaja lo que lleva en el pecho, que es para que la silla no se vaya para atrás, las bridas donde se aguantan para frenar el caballo. De ahí se trabajan otras cosas para la doma, se trabajan unos alzadores, sueltas, pesas para las patas, faldas para caballos de paso fino, entre otras cosas porque uno tiene que seguir aprendiendo”, dijo el hombre de 48 años. El artesano también exporta sus trabajos a varios estados como Connecticut, Pennsylvania y Florida. Además, sus creaciones han adornado ejemplares de países como Honduras y República Dominicana, entre otros. No obstante, Jesús afirma que no imaginó dedicarse a esto, hasta que conoció la necesidad que había en la industria y aprovechó la experiencia de muchos miembros de su familia con la aguja. “En una ocasión que voy a visitar a un amigo (William Cruz) que le gustan los caballos, él le hacía las cosas a sus caballos porque se hace bien difícil conseguir personas que lo trabajaran. Él me enseñó y vi que me gustó ver las cosas terminadas. Ahí hablo con mi tío, Luis Beníquez, porque él trabajó en una fábrica donde hacían zapatos y botas a mano en Isabela”, contó.

“Ahí trabajó mi familia completa, además mi abuela y mi bisabuela hacían guantes. Entonces, mi tío y yo empezamos a hacer este tipo de trabajos en cuero y piel y vimos que había cosas que venían de Colombia y de Estados Unidos que podíamos hacerlas aquí para nuestros caballos criollos. Gracias a eso, ahora estoy en muchos agrocentros de toda la Isla y hasta le estoy vendiendo a gente de Conneticut, Pensilvania y Florida”, agregó el isabelino.
Sus piezas se destacan por llevar color y combinaciones llamativas que son populares entre los jinetes que buscan combinarse con sus caballos a la hora de salir a cabalgar. De hecho, Jesús también elabora correas de cuero. Es precisamente esa labor la que le permite también ayudar a las personas que no consiguen correas por su peso. “Hago correas que miden hasta 8 pies para personas que son obesas. A esas personas se les hace imposible conseguir correas. Una vez le hice un trabajo a un muchacho de 300 libras que me dijo que le regalaron unos zapatos color mahón con marrón y no conseguía correa. Conseguí un material color mahón con cuero y le hice una correa que quedó preciosa. Nadie le iba a poder hacer ese trabajo”, comentó el artesano.

Espera que continúen su legado
Tras casi tres décadas dedicándose a este arte, Jesús agradece el que este sea su sustento y el de su familia por tantos años.
Pero, no se conforma con esto, pues anhela que uno de sus tres hijos, pueda continuar su legado.
“Ante la preocupación de que no mucha gente hace el trabajo, mi hija Jesedna Rosa, de 24 años, es la que lleva alrededor de 3 años tomando clases conmigo. Como es manual, creo que nos va a tomar unos cuantos años más para que pueda conocer la máquina. Ella es la que yo espero que –eventualmente- se quede con esto de las artesanías, pero no es fácil certificarse”, dijo el padre de otros dos jóvenes, Emil Rosa de 28 años y Mariangelys Rosa de 18.
Para más información acerca de las obras de este artesano, pueden visitar su página de Facebook: ‘Artesanías para caballo Isabela’ o llamar al 787-309-1544.