Colegas describen a Ofelia Dacosta como una actriz versátil y tremenda mujer
Dacosta labró una fructífera carrera interpretativa en televisión y luego en el teatro.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Ofelia Dacosta fue una mujer alegre y tierna, pero, sobre todo, una actriz entregada a su trabajo sin importar el tamaño de los personajes que interpretaba.
Dentro de sus atributos resaltaba la versatilidad, esa habilidad para trasladarse de la comedia al drama sin titubear. Esa capacidad la motivó a fundar una academia de actuación que formó a actores y actrices puertorriqueños, entre ellos Anamín Santiago.
Asimismo, Dacosta labró una fructífera carrera interpretativa en televisión y luego en el teatro, donde se destacó por su compañerismo y desprendimiento. Además, nunca dudó en alzar su voz para denunciar problemas sociales como la violencia doméstica, el maltrato infantil y el abuso del Gobierno con los ciudadanos.
Así es como recuerdan a la actriz cubana radicada en Puerto Rico desde 1962 varios colegas entrevistados por Primera Hora que a su vez expresaron conmoción por la noticia. A continuación algunas de estas reacciones:
Braulio Castillo, hijo - actor:
“Yo nací y me crié en este medio con la presencia de Ofelia Dacosta en todo momento. Tuve la oportunidad y el privilegio de disfrutar y de compartir su talento desde muchas posiciones, desde niño como un televidente, acompañando a mi padre (Braulio Castillo) en distintas telenovelas, y luego ella hizo de mi madre en una telenovela, Tanairí (su personaje se llamaba ‘Emperatriz’). Siempre recuerdo a una Ofelia noble, a una persona que siempre quería ayudar. Excelente compañera y excelente actriz”.
Johanna Rosaly - actriz, directora, productora:
“Para mí, Ofelia fue una persona admirable. La primera telenovela que hice en mi vida (El retrato de Ángela) fue con ella. Yo interpretaba a una niñita muda y a Ofelia le tocaban prácticamente todas las escenas conmigo. Ella tenía que hablar por las dos y fue realmente adorable su apoyo, cómo me guió. Siempre tuvimos una preciosa relación y la admiré mucho porque siempre fue una persona muy optimista, muy positiva, una gran madre y una amorosa esposa. En diversos proyectos teatrales compartimos. Para ella no había papeles pequeños. Ella se entregaba completa al proyecto, fuera un papel protagónico o menor; era una actriz con gran sentido del oficio. Me encuentro en Nueva York, pero me uno al dolor que arropa a toda la clase artística de Puerto Rico”.
Juan González Bonilla, producciones Candilejas:
“Ella trabajó para dos producciones de Candilejas. Como actriz, tenía el talento de la versatilidad de brincar del drama a la comedia. Era una mujer sumamente alegre. Llevaba a veces dulces a los ensayos. Trabajaba para facilitar la labor del productor. Nos invitó a Joseph (Amato) y a mí a cenar por dos meses a su casa, y hacía unas habichuelas negras con carne vieja y yuca que se las pelaba. La recuerdo como una madre excelente, como una mujer trabajadora, que no le hacía daño a nadie (se le quiebra la voz). Usaba siempre sus pelucas, nunca tuve que pedirle vestuario porque ella se los ponía. Trabajar con ella fue un placer. Está muy bien dondequiera que esté”.
Linnette Torres, actriz, trabajó con Ofelia Dacosta en la obra Femenicidio (2009), uno de sus últimos:
“Ofelia era una persona muy disciplinada, una mujer que yo admiraba y aprendía muchísimo de ella por la gran versatilidad que tenía para hacer reír y hacer llorar. La amábamos y la detestábamos, por decirlo así, en sus bien caracterizados personajes. De verdad, trabajar con ella ha sido una de las experiencias más maravillosas que he tenido. Siempre tenía un comentario jocoso. Hicimos la obra Divorcio a lo puertorriqueño y ella tenía que decir una frase y siempre la utilizábamos cuando nos veíamos. A mí me encantaba mirarla cuando hablaba; tenía algo especial, algo que atraía tanto… Preparó a muchísima gente en su academia y de verdad que hemos perdido a una gran compañera. Estoy bien sentida (se le quiebra la voz), pero a la vez bien satisfecha con haberla conocido y compartido con ella, porque le dio gloria a Puerto Rico. Cada vez que se haga un trabajo en el que ella estaba, los aplausos van a ser para ella”.
Rafael Rojas, Teatro Coribantes:
“Representó a la eterna artista. Cuando tuvo que dejar su natal Cuba, no supo otra cosa que hacer más que seguir su talento y su disciplina, y Puerto Rico tuvo la dicha de acogerla en nuestros escenarios como una actriz muy insistente en las telenovelas y después en el teatro la disfrutamos. Ella creyó en el talento joven y estableció una escuela de teatro de la que salió gente como Anamín Santiago, que estudió en la escuela Ofelia Dacosta. Supo cubrir muy bien el espacio escénico nuestro. A Puerto Rico le hacen falta muchas Ofelias Dacostas”.
Myrna Casas, gerente general del Centro de Bellas Artes de San Juan:
“Nunca trabajé directamente con Ofelia, pero siempre la admiré mucho. Éramos muy amigas y tenía un enorme talento. Es una pérdida muy grande y muy triste para todos los que trabajamos para el teatro”.
Idalia Pérez Garay, actriz:
“Fue una mujer que vino a Puerto Rico, se integró a la clase artística y siempre se distinguió por su profesionalismo, su seriedad, estableció una academia de actuación que formó a mucha gente. Lamentamos mucho su pérdida. Es una representante de la clase artística de Puerto Rico y, aunque no trabajé con ella, eso me toca mucho a mí también”.
Myraida Chaves, animadora, locutora:
“¡Más que una excelente actriz, fue una extraordinaria madre! Descanse, Doña Ofelia, descanse en paz!”.
Anamín Santiago, actriz:
“Para mí ha sido un orgullo y una responsabilidad que ella me tomara en consideración siempre. Trabajar con una actriz magnánima que en todo momento estaba dispuesta a audicionar, a pesar de su larga carrera, a creer en un proyecto de actores y actrices organizados como lo es el Colegio de Actores de Puerto Rico y a admirar genuinamente el trabajo de artistas más jóvenes, resulta en una bendición que no se puede arrinconar en el olvido. Nunca pensé que se moriría, había cruzado el mar con lo que llevaba puesto, sufrido fracturas, duelos desgarradores y no obstante se mantenía en pie de lucha. A Ofelia un beso eterno”.