Cuántas veces no escuchamos la expresión Zapatero a su zapato, significando, no hables de lo que no sabes o de lo que no tienes conocimiento o “expertise”; tú en lo tuyo y yo en lo mío y muchas más expresiones para expresar malestar por intromisiones no aceptadas.

Lo menos que uno se puede imaginar a que la expresión se remonta a la antigua Grecia.

La explicación la recoge precisamente un historiador, Plinio, en su tratado de Historia Natural que fue escrito en el siglo I y también a Máximo Valerio. 

Cuenta este historiador latino,  que Apeles, el más ilustre de los pintores griegos, era extremadamente exigente y crítico con su obra. Prueba de ello es que solía exhibir sus cuadros en la plaza pública y se escondía con disimulo detrás de ellos para escuchar los comentarios y críticas de los transeúntes cuando se detenían ante sus obras. 

En cierta ocasión, se indica,  un zapatero fijó su mirada en uno de los lienzos y censuró con mofa la gran anchura de una sandalia en un retrato de cuerpo entero. Apeles aceptó el comentario y corrigió el defecto. Pero al día siguiente, el zapatero volvió a pasar y al percatarse de la corrección, empezó a criticar otras partes del retrato. El pintor, indignado, salió de su escondite y exclamó: Ne sutor ultra crepidam, el equivalente en latín de la frase Zapatero a su zapato.

La expresión, desde entonces, se usa como consejo a quien pretende juzgar asuntos ajenos en los que no es experto.