Con el fin de darle una representación justa a las personas con espectro de autismo y condiciones de salud mental, Edi Álvarez lanzó su primera novela “Virtus Draconis”, una obra fantástica enfocada en reconocer que las personas neurodiversas cuentan con el poder de imaginar, sentir y construir un mejor mundo.

Álvarez contó a Primera Hora que su publicación más reciente es reflejo de su crecimiento como persona diagnosticada con autismo a los 16 años, al tiempo que marca un hito en su vida tras enfrentar un sinnúmero de situaciones emocionales y otros hechos completamente imprevistos que lo han obligado a generar fortaleza.

“Pienso que mi condición no se entiende mucho, es una condición bien malentendida, a pesar de que se han hecho muchos avances sobre el autismo. Con esta novela quiero mostrar que no todos los autistas se conforman a los estereotipos, es decir, que somos socialmente ineptos, torpes, que somos buenos con los números, que todos lo visibilizamos matemáticamente, que se dejan llevar fácilmente, que son socialmente ineficientes”, expresó el autor jayuyano radicado en Carolina del Norte.

Además, Álvares manifiesta que “Virtus Draconis” busca celebrar la importancia de la salud mental y otras condiciones neurológicas, como el síndrome de estrés postraumático y trastorno bipolar, como mecanismos para presentar perspectivas diferentes y únicas, enmarcadas en una obra literaria de fantasía y ciencia ficción furry, es decir, ambientada en un mundo con personajes con características de animales u objetos a los que se les atribuyen cualidades humanas.

La obra narra la historia de “Claude Virtus”, undragón antropomorfo que ha llevado una vida como aprendiz de mercenario. Sin embargo, se prepara para su primera misión junto a su hermano lobo, “Mordred Constantine”, para investigar y detener la guerra que declaró la princesa elfa “Meredith” -del reino conservador de Shaddai- contra la nación de Antropia, tras sentir disgusto con sus estilos de vida y costumbres progresivas. Pero cuando Claude es misteriosamente envenenado en su primer combate, una sobreviviente humana, Anna, decide pagar el precio más caro para salvar su vida.

“Claude sabe expresarse, hace sus cosas, y muestra una etapa del autismo que no es necesariamente la única que hay. Lo dice la misma palabra, ‘espectro’: mi autismo no es igual al de otra persona, ni el autismo de esa otra es igual a la de quien le sigue. Yo estoy dando a luz mi verdad de lo que es el autismo para mí, mi experiencia de vida: que con el apoyo indicado se puede seguir adelante. Eso pretendo hacer con el libro”, destacó.

“En control de mi vida”

Desde su adolescencia y adultez temprana, Edi ha tenido dificultades para integrarse a la población general por problemas en la comprensión de normas sociales y tener una “mente literal”, es decir, solo entender palabras y declaraciones de la manera básica y ordinaria.

Sin embargo, el jayuyano de 36 años aseguró que había algo que siempre tenía claro, su pasión por la escritura. Ese amor se convirtió en vocación en el año 2005, cuando un fenecido profesor de inglés de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, Nelson Rivera Agosto, lo exhortó a que junto a otros compañeros de clase fundaran la primera asociación literaria de la institución, el UPRA Writers’ Club.

En este club, Álvarez comenzó a crear obras literarias cortas y participar de numerosas actividades extracurriculares hasta que se graduó Magna Cum Laude del bachillerato de Comunicación Tele-Radial de la UPRA en 2010. Seis meses despúes se matriculó al programa de maestría en Creación Literaria con concentración en Narrativa de la Universidad del Sagrado Corazón para realizar su sueño.

“Empecé a tomar mis talleres y mis clases, tuve compañeros excelentes, fueron años interesantes, porque yo estaba en un proceso transitorio de lo que es la madurez que tuve en el bachillerato, que estaba todavía en un momento juvenil, y me encontraba transicionando a lo que es la adultez”, indicó, asegurando que sus estudios graduados no estuvieron exentos de retos.

No obstante, el escritor llegó a la etapa de la tesis en 2012 y comenzó a generar el proyecto que nació de un borrador de una novela que escribió en la escuela superior bajo la supervisión del prosista puertorriqueño Luis López Nieves, autor detrás de piezas como “Seva” y “El corazón de Voltaire”.

Sin embargo, Álvarez aseguró que este proceso fue “el más doloroso” dado que en el camino enfrentó nuevos tropiezos por su condición, además de un episodio de depresión severa, lo que provocó una demora de cinco años en su trabajo.

“Ser escritor es una profesión solitaria y si tú quieres rellenar el hueco que deja eso, tienes que dar de tu parte, tienes que hacer lo que corresponde, establecer los lazos con los demás. Y se me hizo difícil porque yo no tenía a nadie, tenía a dos amistades que venían a verme, eran las únicas, y las que tenía en Facebook. La depresión fue tan fuerte que en un trimestre no hice entregas de trabajos de ninguna clase; me gané un mensaje de preocupación de parte de mi director. Pero logré sobrellevarlo y terminé en 2017 esa novela”, apuntaló.

Sin embargo, cuando todo parecía estar encaminándose, el 20 de septiembre de 2017, Álvarez y los tres millones de habitantes de Puerto Rico sufrieron el embate del huracán María, que dejó al país entero a oscuras y con su infraestructura quebrantada. Edi asegura que tanto él como su familia sufrieron varios percances en el pueblo de Lares, donde se vieron obligados a tomar la difícil decisión de mudarse a los Estados Unidos dado a que sus padres confrontaron serios problemas de salud por la falta de recursos esenciales y servicios médicos primarios.

“Vendimos todo, nos despedimos de nuestra familia y nos fuimos en un vuelo que nos aseguró mi tía y llegamos a Pennsylvania. Estuvimos en un hotel de FEMA por ocho meses en lo que buscábamos las ayudas, y finalmente, nos mudamos a Carolina del Norte, donde estamos actualmente. No esperaba ser parte de la diáspora de esta manera”, indicó.

A su llegada al estado sureño tuvo que poner prioridad a otras situaciones luego que diagnosticaran a su madre con cáncer de seno en el año 2019.

“Ella tuvo que someterse a sus tratamientos y requería sus cuidados, por lo que tuve que decir: ‘espérate, una novela puede esperar, mi madre y mi padre son más importantes que un libro’. Lo puse en pausa para cuidarlos a ellos en lo que pude”, expresó, asegurando que a pesar de que sigue con algunas dolencias, ya su mamá se encuentra estable.

Hoy día, el autor de “Virtus Draconis”, que sería la primera instalación de la serie Draconis, aseguró que se encuentra “en control de mi vida”, por lo que decidió publicar su obra por Amazon con la ayuda del ilustrador mexicano Henry Solís para las imágenes de los personajes, y la editora Melba Gómez para la revisión de contenido.

“Sobrellevo mi condición, me comprendo a mí mismo, tengo la madurez que carecía en otros momentos... y ahí me dije que ya era hora, llegó el momento. Si no lo hago ahora, no lo hago nunca”, manifestó.

“Estoy practicamente activado, me está yendo bastante bien”, agregó.