Más de una treintena de niños, jóvenes y adultos con síndrome Down encontraron en las manifestaciones culturales una manera de expresar sus emociones con tan solo escuchar el repique del tambor que anuncia el cadencioso ritmo de la bomba puertorriqueña.

Rápidamente, féminas y varones mueven sus cuerpos, atraídos por el contagioso sonido que emiten experimentados músicos a través de la revista Bellos Atardeceres, un proyecto fundado en Rincón que les ha permitido enarbolar la monoestrellada dondequiera que se presentan.

El grupo fue establecido hace casi tres décadas por la educadora Ada García Montes, que actualmente se desempeña como senadora del distrito Mayagüez-Aguadilla. Sin embargo, la rincoeña de 44 años aún reúne a sus alumnos para continuar con el proyecto.

“Bellos Atardeceres es un grupo compuesto por bailarines y músicos con música en vivo; es una revista musical. Trabajamos las estampas de bomba, bailes de campo, que les dicen bailes jíbaros de la montaña, y los bailes de la plena, que también son de los cascos urbanos”, relató sobre el proyecto que inició en 1994, siendo todavía una estudiante.

García Montes, oriunda del barrio Pueblo en Rincón, destacó que la organización se ha presentado en 22 países, entre estos, República Checa, Italia, España, Hungría, Portugal, México, Holanda, Suiza, Luxemburgo y Francia.

“Somos el único ballet folclórico puertorriqueño en ganar primer lugar mundial en competencias internacionales de folclor. En el 2001, en Palma de Mallorca, en España, ganamos primer lugar mundial como ballet folclórico con acompañamiento musical y vocal. Ahí competimos con 58 grupos de 34 países del mundo y nos alzamos con ese primer lugar”, asintió la otrora maestra de Danza y Teatro.

“En el 2007, fuimos a esa misma competencia, en la categoría infantil con un grupo de niños que fue el nuevo proyecto que tenía Bellos Atardeceres. No era un grupo completo síndrome Down, sino un grupo que había inclusión; estuvimos en Palma de Mallorca y ganamos primer lugar mundial”, agregó al mencionar que, “también fui maestra de niños con síndrome Down, de necesidades especiales, autistas”.

Asimismo, destacó que actualmente cuentan con 38 participantes de la Asociación Síndrome Down, que se integró al proyecto en 2004.

De hecho, dijo que “cuando comenzamos eran 12 jóvenes, ahora tenemos 38 niños, jóvenes y adultos hasta los 68 años bailando bomba y plena”,

“Tras la pandemia (del COVID-19) nos hemos ido ajustando, las actividades cesaron y ahí entro a la política. Así que ahora estamos dirigidos a continuar brindando talleres a distintas organizaciones, en este caso, la Asociación Síndrome Down, con quienes tenemos talleres de bomba y plena. Los jóvenes y adultos con síndrome Down tienen unas condiciones de salud, así que por eso ahora tenemos dos horas de taller una vez al mes”, acotó.

“Nosotros damos (los talleres) en diferentes lugares. Actualmente el grupo tiene sede en la escuela José de Diego en Aguadilla. De Rincón son 10 a 12 (participantes) y los demás son de otros pueblos hasta Yauco y hasta Manatí; cuando hablamos entre norte y sur. Moca, Aguadilla, Aguada… de todo el distrito”, resaltó.

De otra parte, aclaró que la participación de todo el componente de Bellos Atardeceres es de manera voluntaria, entre estos el músico Nelson Arroyo y José Valle Caro, “mi esposo, que es músico percusionista”.

“Las proyecciones nuestras son continuar trabajando por la cultura puertorriqueña, concentrarnos más en la parte educativa y en la inclusión de personas con diversidad funcional dentro de lo que tiene que ver el arte y la cultura, porque las bellas artes son una herramienta para que los jóvenes y toda persona puedan desarrollarse de manera holística”, sostuvo.

Igualmente, adelantó su intención de celebrar, nuevamente, el Puerto Rico International Folk Fest, evento que se realizó en Rincón durante tres años consecutivos, pero fue suspendido por la pandemia.

“Es un festival internacional organizado por Bellos Atardeceres que, es auspiciado por CIOFF (Organizaciones de Festivales de Folklore), un comité cultural de la UNESCO. Son 250 delegados de todo el mundo que traen su música típica. Esperamos traerlo cuando pasen las regulaciones de la pandemia. Es un evento que dura 10 días”, auguró.

Finalmente, reclamó la importancia de educar sobre las manifestaciones culturales.

“Los puertorriqueños, en muchas ocasiones, pensamos que mover una falda es bailar folclor y no; eso tiene su arte, su talento. Es un trabajo de mucho compromiso y la gente de la cultura está dispuesta a quedarse en la Isla, aunque se hunda el barco”, advirtió la presidenta de la Comisión de Educación en el Senado.

“Aquí hay crisis y la gente de la cultura no recoge sus cosas y se va a cantar a otro lado, sino que se queda. Merecen tener el respaldo por el trabajo que han hecho durante tantos años”, concluyó.