El dulce pan de la enseñanza
Dulce María Fuentes, la autora de “Leyendas puertorriqueñas” ha dedicado su vida y obra a la educación y al desarrollo de los valores y los principios morales de los niños.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
Con sus mejillas rosadas y su piel suavecita, Dulce María Fuentes le hace honor a su nombre debido a la ternura que proyecta.
Sin embargo, la dulzura de doña Dulce ha sido acompañada toda su vida por fortaleza, propósito, valores y convicción. Fue educadora en el sistema de educación pública por 32 años y ha publicado 10 libros en los géneros de cuento, leyenda, poesía y ensayo. Se ha caracterizado por ser una educadora y escritora comprometida con el desarrollo de los valores y los principios morales de la niñez.
La escritora, oriunda de Aibonito y residente de San Juan desde 1981, nos recibió en su apartamento, en el que nos concedió una grata entrevista.
La sala está decorada con muebles antiguos, mientras que sus paredes exhiben las portadas enmarcadas de sus libros; las del dormitorio, los reconocimientos que se le han conferido a lo largo de su carrera y los recortes de rotativos en los que se ha resaltado su figura.
El propósito de nuestra visita fue hablar con doña Dulce sobre su más reciente obra, Leyendas puertorriqueñas, publicada en el 2011. Dicho texto reúne un manojo de leyendas de diferentes pueblos de nuestra Isla, entre ellos, Adjuntas, Aibonito, Barranquitas, Cidra, Isabela, Jayuya, Lares, Naguabo, Orocovis, Salinas, San Juan y Santa Isabel. Dicho texto, explica la escritora, le tomó muchos años de investigación.
Doña Dulce, además de escribir el libro, lo editó y lo distribuyó. Hizo lo propio con la mayoría de sus publicaciones, con excepción de las escritas en el período del 2001 al 2011, aproximadamente, que fueron distribuidas, según nos cuenta la educadora retirada, por Paco Parés.
La escritora explica que, gracias a la gestión de Parés, el Departamento de Educación (DE) compró varios ejemplares de cuatro de sus publicaciones.
“Siempre compraban una cantidad, no a gran escala. El libro estaba muy bien aceptado en las bibliotecas escolares. Lo evaluaron como lectura suplementaria de valores educativos para nuestros niños de escuelas”, explica doña Dulce.
La escritura ha sido una constante en su vida, desde su niñez en Aibonito y Orocovis, hasta su adolescencia en Santa Isabel. “Toda la vida a mí me encantó la poesía; me encantó la lectura”, afirma la autora.
Sin embargo, fue en el 1981 que doña Dulce decidió publicar su primer escrito: Te regalo mi poesía, un poemario que solo compartió con sus familiares y allegados. El resto de sus libros son de tema didáctico.
“Como escritora, los logros han sido muchos. (Escribir) ha sido el don y la satisfacción más grande que el Señor me ha podido dar”, afirma con emoción la escritora.
Doña Dulce también considera un privilegio el haber sido maestra de escuela elemental en el sistema de educación pública, enfrentándose a las necesidades de nuestros niños.
“Yo creo que, el día que yo muera –el Señor es el único que tiene la fecha–, yo me voy a ir satisfecha. Se le ha dado al maestro una herramienta de enseñanza y aprendizaje para nuestros niños para hacer nuestro país cada día mejor”, y añade que “en cada cuento, en cada leyenda, en cada poesía, hay unos valores. No hay nada en cada libro de esos que no traiga unos valores para el niño, que el maestro se los pueda trasmitir. Esa fue mi gran preocupación y creo que ha sido mi gran aportación a mi país”.
Datos biográficos
Dulce María Fuentes nació en el barrio Llanos, de Aibonito.
Estudió hasta quinto grado en Aibonito; sexto y séptimo en Orocovis y desde octavo grado hasta la universidad en Santa Isabel.
Su preparación académica consiste en un bachillerato en educación elemental, licencia de inglés elemental, intermedio y superior de la Universidad Interamericana, recinto de San Germán. También tiene una licencia en bibliotecología escolar del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
Contrajo matrimonio con Cristóbal Santiago, sargento de la Fuerza Área de los Estados Unidos, con quien tuvo dos hijos.
Trabajó por 16 años en el distrito escolar de Isabela.
En el 1981, se trasladó de Isabela a Río Piedras, San Juan, donde trabajó como maestra bibliotecaria en la escuela modelo Luz Eneida Colón, del distrito escolar Río Piedras V. Allí laboró hasta su jubilación.
Ha sido miembro de varias entidades comunitarias, educativas y culturales de nuestro país, como la Asociación de Maestros de Puerto Rico, la Asociación de Maestros Bibliotecarios de Puerto Rico y la Sociedad de Autores de Puerto Rico, entre otros.