En el umbral de su centenario
Puerto Rico se prepara para la conmemoración del 100 natalicio de la poeta puertorriqueña Julia de Burgos.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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¡Río Grande de Loíza!... Alárgate en mi espíritu y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos para buscar la fuente que te robó de niño y en un ímpetu loco te devolvió al sendero.
(Segmento del poema Río Grande de Loíza)
Fue una mujer que vivió intensamente, fiel a sus ideales y a su amor por Puerto Rico, los que logró plasmar en cada verso. Su férrea batalla por los derechos de la mujer quedaron en la posteridad en poemas como Yo misma fui mi ruta.
Así fue Julia de Burgos, considerada por muchos como la mejor poeta puertorriqueña. Mañana se conmemora su 99 natalicio, fecha que marca el comienzo de varias actividades relacionadas con su próximo centenario.
La vida de Julia de Burgos
Julia de Burgos nació el 17 de febrero de 1914 en una cuna humilde del barrio Santa Cruz de Carolina.
Fue la única de 13 hermanos en cursar estudios secundarios en la Universidad de Puerto Rico, donde a la edad de 19 años obtuvo su título de magisterio.
En el 1935, y por corto tiempo, ejerció como maestra en una escuela rural en Naranjito. Este mismo año escribió una de sus obras más destacadas, Río Grande de Loíza, mostrando en cada línea que su pasión era la poesía.
Fue una férrea defensora de sus ideales políticos en pro de la independencia de la Isla, razón por la cual en 1936 formó parte del movimiento femenino del Partido Nacionalista de Puerto Rico Las Hijas de la Libertad, organización liderada por Pedro Albizu Campos.
Tuvo tres matrimonios, y luego de su último divorcio viajó a Cuba, pero al cabo de un tiempo se fue a Nueva York. En esa época, la poeta cayó en una profunda depresión que la sucumbió al alcoholismo.
Tras vivir en pobreza extrema y deambular por las calles de Nueva York, el 6 de julio de 1953 se desplomó en una acera y posteriormente murió de pulmonía a la edad de 39 años.
Sus restos descansan en su querido pueblo Carolina, donde se construyó un mausoleo en su honor.
Algunas de sus obras memorable son: Poema para mi muerte, Yo misma fui mi ruta, Alba de mi silencio y Alta mar y gaviota.