¿Es tuyo o es mío? convence en su comicidad
Jorge Pabón “Molusco”, Julián Gil, Carlos Vega y Melissa Rodríguez estrenaron el pasado fin de semana con casa llena en el Centro de Bellas Artes en Caguas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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La comedia ¿Es tuyo o es mío?, que estrenó el pasado fin de semana en el Centro de Bellas Artes en Caguas, pudo haber levantado ciertos mitos sobre lo que se puede esperar del contenido, o de sus protagonistas en escena.
No es, por ejemplo, una réplica exacta del filme Three Men and a Baby (1987), aunque claramente se reúnen los elementos de tres hombres, un bebé... y una mujer. Tampoco se inspira en el lamentable tirijala entre el actor Julián Gil y su expareja, Marjorie de Sousa, por el hijo en común. Sí hay líneas que hacen referencia a esa situación, y que claramente el público así lo entiende, pero no se abusa de eso.
Otra idea que se pudo haber creado de inmediato en las mentes de las personas, tratándose de una obra de teatro que tiene en su elenco a Jorge Pabón “Molusco”, es que sería una cafrería más. Y así mismo él entiende que pueden pensar muchos.

Molusco no deja de ser él por completo, pero sí logra que el público entre en la situación de su personaje (‘Juan’), y llegue a creer cómo piensa o siente.
Claro, cuando tiene que soltar la palabra soez la dice sin encomendarse a nadie, como también lo hacen sus compañeros Julián Gil, Carlos Vega y Melissa Rodríguez en sus respectivos roles. En este caso ese vocabulario se da como comúnmente surgiría en una conversación entre tres panas que hablan de sus aventuras sexuales, fantasías, anécdotas y frustraciones.
Tampoco deja de ser el Molusco en escena por su cuerpo. Su figura es parte de la imagen que él vende como comediante, y su personaje aborda su peso como parte de sus atributos. Eso se ve claramente cuando entra en un reto de striptease frente al personaje de Julián Gil (‘Pascual’), momento en que el público se arrebata de la risa.

¿Es tuyo es mío?, escrita y dirigida por Carlos Vega, es en general una comedia liviana, con situaciones de fácil entendimiento y con un final inesperado que apunta a la inclusión.
Molusco como “Juan” es quien abre la acción. En la función del domingo, inició tenso, pronunciando sus líneas con firmeza, pero poca naturalidad. Quizás para establecer de inmediato que se trata de un abogado dentro del ámbito de entretenimiento y como tal, debe tener una personalidad seria o fría. Esto cambió a medida que avanzó la obra y la dinámica entre los tres amigos fue entrando en calor, y “Juan” fue revelando sus fortalezas y debilidades.
Julián Gil como “Pascual” es fotógrafo y el símbolo sexual. Su personaje alardea de sus conquistas, pero al igual que le pasa a “Juan”, hay una “mujer” (Rodríguez) que le voló la cabeza. Su actuación es convincente, chispeante, aunque hay momentos en que deja al descubierto el estilo de actuación novelesca.
Carlos Vega es “Roberto”, es artista gráfico, es el dueño del apartamento al que todos llegan para celebrar con él su cumpleaños, y es quien más cómodo se mueve en escena.

Su personaje es el balance entre sus amigos, aunque no se salva de tener su lío.
Y Rodríguez como “Rosa” resulta ser una grata sorpresa en muchos aspectos, en especial por la valorización que hace del género femenino ante los discursos machistas y sexistas.
La pieza consigue que el público se destornille de la risa casi de inicio a fin, a veces al punto de provocar una pausa en escena, y curiosamente el domingo los asistentes no eran exclusivamente jóvenes, sino también adultos mayores.
¿Qué deben mejorar? Resulta extensa. Comenzó a las 6:30 y terminó alrededor de las 8:45, con un intermedio de 15 minutos. Algo que pudiera ayudar es quizás reducir los monólogos con “Sussie” (planta), igualmente pueden ir más al grano en la solución del problema de identificar quién es el padre de la niña.
La obra continúa el 25 de mayo en el Teatro Yagüez en Mayagüez.